El gobierno del estado brasileño de San Pablo estima que tendrá unos 220.000 casos del nuevo coronavirus y 40.000 con necesidad de hospitalización y prepara la petición de un préstamo de 100 millones de dólares al Banco Mundial para financiar la lucha contra la epidemia, según documentos obtenidos por el diario brasileño Estadao.
El préstamo serviría concretamente para contar con 500 camas más de cuidados intensivos, adquirir pruebas de diagnóstico y desarrollar tecnología para telemedicina y aplicaciones para teléfonos móviles.
La Secretaría de Sanidad del estado estima que necesitará al menos 1.200 millones de reales adicionales (más de 207 millones de euros) para afrontar el Covid-19, por lo que el préstamo del Banco Mundial sería “muy significativo”, según el coordinador de Servicios Sanitarios de San Pablo, Ricardo Tardelli.
El gobernador de San Pablo, Joao Doria, espera contar con estos recursos en un plazo de dos meses y poder devolver el préstamo en un plazo de 35 años, unas condiciones que dependen del Ministerio de Economía del Gobierno central brasileño y del Senado federal.
Tardelli señala que en condiciones normales este préstamo tardaría un año en ser tramitado, pero espera acelerar las gestiones debido a la situación de emergencia.
Sao Paulo tenía según el balance del sábado 4.466 casos confirmados y 260 fallecidos. A nivel nacional, hay 10.475 casos confiramdos y 448 fallecidos.
“Acciones urgentes”
El jueves, los estados de las regiones sur y sureste de Brasil, que concentran la mayor parte de la población y son los más afectados por el coronavirus en el país, exigieron “acciones urgentes” por parte del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro para evitar el “colapso económico”.
En una rueda de prensa y a nombre del Consorcio Sur-Sudeste (Cosud), Doria recordó que los siete estados representan el 71 % de la economía brasileña y el 70 % de la población, “infelizmente”, son los que “más están sufriendo” por causa de la COVID-19, con la mayoría de “infectados y de óbitos”.
Después de una reunión virtual, los siete gobernadores determinaron enviar una misiva a Bolsonaro en la que piden “acciones urgentes del Gobierno federal para evitar el colapso económico de estos estados”.
El pedido, de siete puntos, contempla la “compensación de pérdidas por recaudación”, que se ha visto afectada con el cierre del comercio, la paralización de las actividades no esenciales y la reducción de producción que genera regalías, como la petrolera, y que los bancos incluyan en los créditos el pago de impuestos.
Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña (centroderecha), ha defendido las medidas restrictivas aconsejadas por las autoridades sanitarias y adoptó una cuarentena en San Pablo para frenar el avance del coronavirus, una actitud repudiada por Bolsonaro.
“La muerte no escoge bolsonarista o petista (simpatizante del Partido de los Trabajadores) y no esperen de mí que haga política en velorios. Yo tengo la obligación el deber, como gobernador del estado de Sao Paulo, de proteger vidas y defender las personas, agregar, sumar, integrar y pedir solidaridad”, dijo.
Doria, que en 2018 apoyó la candidatura de Bolsonaro, se ha convertido en uno de los principales detractores del presidente ultraderechista y este jueves sorprendió al intercambiar mensajes de apoyo con el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, un eterno rival político.
“Ahora no es hora de dividir, de politizar, de hacer ideologías, de ser partidarios y mucho menos odiar, es la hora de solidarizar, cuidar y salvar”, aseveró Doria en la rueda de prensa sin citar el intercambio de mensajes con Lula.
El ex mandatario brasileño (2003-2010) reconoció en un mensaje en sus redes sociales la labor llevada a cabo por Doria en el estado más populoso de Brasil, donde han sido adoptadas diversas medidas para frenar la pandemia, como la construcción de hospitales de campaña.
En los próximos días comenzarán a funcionar los hospitales levantados en el estadio Pacaembú de San Pablo y en el complejo Anhembi, un enorme centro de convenciones de más de 400.000 metros cuadrados, donde se encuentra el Sambódromo y en el que serán instaladas 1.800 camas.
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