“Somos una única familia humana. Detengamos toda hostilidad bélica. Que el esfuerzo conjunto contra la pandemia #COVID19 nos haga reconocer nuestra necesidad de reforzar los lazos fraternos. @antonioguterres @UN” es el texto del tuit de este domingo en la cuenta @Pontifex_es, que tiene 17 millones y medio de seguidores solamente en esta versión en castellano (la cuenta existe también en inglés, francés, italiano, portugués, alemán, polaco, árabe y latín.
El Papa jamás personaliza los mensajes. Esta sería la primera vez que arroba a otra cuenta, a dos en realidad: la de Antonio Guterres y la de la ONU.
De esta manera, Francisco hizo suyo el llamamiento del funcionario internacional que pidió un alto el fuego global para hacer frente de forma conjunta a la pandemia de COVID-19. En especial, para facilitar la ayuda humanitaria y la asistencia a los grupos más vulnerables.
“El Secretario General de las Naciones Unidas ha lanzado un llamamiento para un alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo”, dijo el Papa luego de rezar el Ángelus vía streaming y sin fieles en la Plaza, como viene sucediendo desde que la pandemia de Covid-19 llegó a Europa. Y a Italia con particular fuerza.
Detener toda confrontación bélica, promover la creación de corredores para la ayuda humanitaria y la apertura a la diplomacia son los pedidos a los que el papa Francisco suma su voz.
El pontífice argentino también instó a los jefes de Estado y de gobierno a un “compromiso” para superar las rivalidades a través del diálogo y poder enfrentar de modo conjunto esta pandemia. “¡Los conflictos no se resuelven a través de la guerra! Es necesario superar los antagonismos y contrastes, mediante del diálogo y la búsqueda constructiva de la paz”, dijo.
“Me uno a todos los que han aceptado este llamamiento e invito a todos a seguirlo deteniendo cualquier forma de hostilidad bélica, favoreciendo la creación de corredores para la ayuda humanitaria, abriéndose a la diplomacia y la atención a quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad”, dijo Francisco.
También expresó su esperanza de que “el empeño conjunto contra la pandemia pueda llevar a todos a reconocer nuestra necesidad para fortalecer los lazos fraternos como miembros de una familia humana”. Y que ello despierte en “los líderes de las naciones y otras partes interesadas un compromiso renovado para superar la rivalidad”.
Desde que el coronavirus llegó a Italia, el Papa se ha visto forzado a cancelar audiencias y actos públicos y a transmitir el rezo del Angelus por streaming. Francisco hizo dos salidas: una, fuera del Vaticano, para ir a rezar a la iglesia de San Marcello, y otra, a la plaza de San Pedro para oficiar una misa en solitario pero que fue seguida por millones en el mundo, y durante la cual impartió la bendición Urbi et Orbis. Las imágenes de Francisco solo en medio de una plaza que suele esta repleta impactaron a todas las audiencias y fueron un potente mensaje en sí mismo.
Así expresó el Pontífice la naturaleza única del momento que vive el mundo: “Un vacío desolador que paraliza todo a su paso. Se palpita en el aire, lo dicen las miradas”, dijo. “Nos encontramos asustados y perdidos -agregó- Al igual que los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta. En esta tormenta estamos todos. (...) No somos autosuficientes; solos nos hundimos. Necesitamos al Señor como los antiguos marineros las estrellas".
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