El gobierno español reportó este domingo 838 nuevas muertes por la pandemia de coronavirus, su peor balance diario, que elevó el total de víctimas fatales a 6.528, mientras que la cifra de contagiados alcanzó los 78.797 casos.
El aumento de 6.528 contagios es el dato esperanzador de la jornada, ya que muestra un avance diario de 9%, un salto más bajo que en la víspera (13%), y también inferior a los días previos (14, 18 y 23%), lo que podría significar un descenso en la curva si la próxima semana confirma un cambio de tendencia y no una excepción. Fue el avance de contagios más bajo desde el inicio del confinamiento.
Casi la mitad de los fallecidos corresponden a la región de Madrid (3.082, con 22.677 casos), mientras que continúa el rápido incremento de muertes en Cataluña, donde llegaron a 1.226 (y 15.026 casos).
En tanto, la cifra de personas que fueron ingresadas a cuidados intensivos fue la más baja de la semana, con 332, que suman un total de 4.907. A su vez, 2.424 pacientes que estaban internados por el Covid-19 fueron dados de alta, que llevaron la cifra a 14.709.
España, el segundo país del mundo con más muertos por coronavirus (solo superado por Italia), detendrá todas “las actividades no esenciales” durante dos semanas, del 30 de marzo al 9 de abril, para prevenir aún más la propagación del coronavirus, anunció este sábado el presidente del gobierno, Pedro Sánchez. La medida endurece el confinamiento de la población dictado el 14 de marzo y vigente hasta el 11 de abril.
“Todos los trabajadores de actividades no esenciales deberán quedarse en casa en las próximas dos semanas, como hacen durante el fin de semana”, declaró Sánchez, poniendo a modo de ejemplo el sector de la construcción, que había seguido activo pese al confinamiento. Seguirán activos por tanto los sectores esenciales, tales como alimentación, sanidad y energía, al igual que la prensa.
El dirigente dijo que la medida se aprobará en un consejo de ministros extraordinario este domingo. Según él, el objetivo es reducir “aún más la movilidad de las personas”, prevenir así la expansión de la epidemia y “descongestionar” los hospitales, muchos de ellos saturados en las zonas más castigadas del país, como Madrid o Cataluña.
Los trabajadores afectados “continuarán recibiendo su salario con normalidad” durante ese período, detalló Sánchez, y “recuperarán las horas de trabajo no prestadas de manera paulatina y espaciada en el tiempo”.
“Estamos afrontando las horas más duras, las horas más tristes, las horas más amargas”, dijo solemne en su discurso televisado.
Los sindicatos acogieron con satisfacción las medidas y los grupos empresariales CEOE y CEPYME dijeron que aunque cumplirán con la nueva norma, “va a generar un enorme impacto sin precedentes en la economía española, especialmente en sectores como el industrial”.
“Este parón puede llevar a una crisis más profunda de la economía que podría llegar a ser social”, advirtieron en un comunicado.
(Con información de AFP y Reuters)
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