El editor jefe de la prestigiosa revista médica The Lancet, Richard Horton, ha calificado este sábado de “escándalo nacional” la respuesta del Gobierno británico al coronavirus; una caracterizada por comenzar como una estrategia de mitigación por contacto diferente al del resto de países que se demostró como ineficaz antes de recurrir a las más tradicionales medidas de cuarentena y distanciamiento.
“La estrategia de contención y mitigación fracasó, en parte, porque los ministros no siguieron el consejo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de hacer pruebas a cada caso sospechoso”, lamentó The Lancet.
“Ni hubo aislamiento ni hubo cuarentena. Se ignoraron principios básicos de salud pública y control de enfermedades contagiosas por razones que todavía permanecen opacas”, agregó.
Reino Unido ha confirmado este viernes un total de 759 fallecidos y más de 14.500 casos de coronavirus en todo el país tras registrar un incremento récord en el número de muertos durante las últimas 24 horas, según el último balance proporcionado por las autoridades médicas.
“Reino Unido”, prosiguió Horton, “ahora tiene un nuevo plan: suprimir, proteger, tratar y paliar. Pero este plan se ha concretado demasiado tarde y ha dejado a nuestros médicos totalmente al descubierto ante el aumento de pacientes”.
Asimismo, Horton ha lamentado la inactividad exhibida por el Gobierno británico durante el mes de febrero. “Podrían haberlo aprovechado para ampliar las capacidades de pruebas, garantizar la distribución de material de protección, o establecer pautas para proteger al personal sanitario, y no tomaron ninguna de esas medidas”, ha explicado.
“El resultado ha sido el caos y el pánico. Los pacientes van a morir innecesariamente. El personal del servicio sanitario británico va a morir innecesariamente. Es, de hecho, y como escribió un trabajador de salud la semana pasada, ‘un escándalo nacional’, cuya gravedad todavía no alcanzamos a comprender”, concluyó Horton.
El primer ministro y el ministro de Sanidad, contagiados
El primer ministro Boris Johnson y su titular de Sanidad, Matt Hancock, dieron el viernes positivo a la prueba del coronavirus y, aunque ambos afirmaron tener “síntomas leves”, crece el temor de que la enfermedad se propague por el ejecutivo británico.
“Ahora estoy en cuarentena, pero seguiré liderando la respuesta del gobierno mediante videoconferencias mientras combatimos este virus, juntos lo venceremos”, afirmó Johnson, de 55 años, en Twitter colgando un vídeo en que aparecía con aspecto griposo.
El 10 de marzo, una de sus colaboradoras, la secretaria de Estado de Salud Pública Nadine Dorries, fue la primera personalidad política británica diagnosticada con el covid-19.
La noticia generó preocupación porque Dorries había estado en contacto con cientos de personas en los días previos e incluso acudió a una recepción en Downing Street, aunque el portavoz de Johnson dijo entonces que la secretaria de Estado no había estado en contacto directo con éste.
La novia de Johnson, Carrie Symonds, de 32 años, está esperando un bebé para el verano, según afirmó la pareja a finales de febrero cuando anunciaron que se casarían próximamente.
A principios de esta semana el príncipe Carlos, heredero al trono británico, de 71 años, también dio positivo al coronavirus. Está confinado en su castillo de Balmoral, en Escocia, y el jueves se le vio aplaudiendo junto al resto de los británicos al personal sanitario desde su puerta.
(Con información de Europa Press y AFP)
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