Más de 3.000 millones de personas entran este sábado en un fin de semana de confinamiento en un mundo confrontado a la aceleración de la pandemia de coronavirus que ha causado más de 25.000 muertos y se ceba con Europa, sobre todo con Italia y España.
En Italia, la COVID-19 ha matado a casi 1.000 personas (9.134) en 24 horas, una cifra inédita para un solo país desde el comienzo de la crisis.
Sin embargo el contagio sigue remitiendo en la península, lo que permite pensar que las drásticas medidas de confinamiento tomadas hace dos semanas están dando resultado, aunque todavía no se ha alcanzado el pico.
Le sigue España (más de 4.858), que según el centro de emergencias sanitarias está empezando a acercarse “progresivamente a ese pico (de casos) tan ansiado”.
El gobierno de Pedro Sánchez sigue multiplicando las medidas en el frente económico, y prohibió a los empresarios despedir a trabajadores a causa de la pandemia. En su lugar, deberán acogerse a planes de paro temporal subsidiados por el ejecutivo.
El país con más contagios es Estados Unidos (100.000).
Esta situación llevó al presidente Donald Trump a ordenar por decreto al fabricante de automóviles General Motors producir respiradores artificiales, que se agotan en los hospitales y son vitales para los pacientes.
- Escasez de material -
El jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que “la escasez crónica mundial de equipos de protección individuales” para el personal sanitario representa una “amenaza inminente” en la lucha contra la enfermedad.
La detección también es esencial. Un laboratorio estadounidense presentó una prueba portátil que puede determinar si alguien tiene la COVID-19 en cinco minutos.
En Francia, el gobierno prolongó el confinamiento dos semanas, hasta el 15 de abril.
El Reino Unido, donde el primer ministro Boris Johnson anunció que estaba infectado, pero con síntomas leves, se prepara para una ola gigantesca de pacientes en los hospitales.
Rusia, el último país importante en no haber tomado medidas de confinamiento generalizado, decidió cerrar a partir de este sábado los restaurantes y la mayoría de las tiendas antes de una semana feriada. De esta manera las autoridades esperan que los rusos se queden en casa aunque no estén obligados a hacerlo.
Irlanda en cambio entra este sábado y hasta el 12 de abril en confinamiento.
Pero está lejos de ser fácil en todo el mundo. En el centro de Johannesburgo, Sudáfrica, la policía dispersó el viernes a latigazos a los clientes aglutinados delante de un supermercado.
- ‘Viene de Alá’ -
En los países musulmanes, resulta difícil impedir que los fieles vayan a la mezquita. En Pakistán o Indonesia la oración de los viernes contó con una gran afluencia. “No creemos en el coronavirus, creemos en Alá. Pase lo que pase, viene de Alá”, declaró Altaf Khan, antes de unirse a la multitud que se congregaba para el rezo en Islamabad.
Un contraste con la imagen del papa Francisco, rezando solo el viernes frente a una plaza de San Pedro completamente desierta.
Y no todos los países se enfrentan a la pandemia en igualdad de condiciones.
Con más de 3.300 casos y más de 90 muertos, según un saldo establecido por la AFP, África se libra relativamente de la pandemia. Pero la propagación del virus sigue una “evolución dramática”, alertó la jefa regional de la OMS, Matshidiso Rebecca Moeti.
América Latina cuenta con más de 10.000 casos confirmados y 223 muertos, según un balance de la AFP.
Los países con más contagios son Brasil, con 2.915, de los cuales 77 fallecidos, Ecuador (1.403, 34) y Chile (1.610, 5). Argentina registra 589 casos y 17 fallecidos.
Frente a las costas de Panamá, cuatro pasajeros del crucero "Zaandam" murieron de la COVID-19 y las autoridades esperan que en las próximas horas se vaya evacuando del país a los primeros pasajeros.
Los países latinoamericanos han reforzado las medidas con órdenes de confinamiento obligatorio en Argentina, Bolivia, Venezuela, Colombia, Panamá o El Salvador y toques de queda prolongados en Chile, Honduras, Perú y Guatemala, además de cierres de fronteras casi generalizados.
Paralelamente, en esta región con elevados índices de pobreza y varios países con crisis internas, las autoridades han activado planes de ayuda económica.
El confinamiento también tiene un impacto psicológico aumentando la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental, según la Cruz Roja. "Incluso en zonas de conflicto, podemos abrazarnos cuando tenemos miedo. Lo terrible de esto es la falta de contacto físico", comentó un directivo.
“Lo más duro era la noche, no podía dormir, la angustia invadía la habitación. Por el día, pasaban los médicos, el personal de limpieza, los que distribuían la comida. Por la noche, llegaban las pesadillas, la muerte merodeaba”, declaró Fabio Biferali, un cardiólogo romano de 65 años que pasó ocho días "aislado del mundo "en una unidad de cuidados intensivos.
- Sumas astronómicas -
La catástrofe sanitaria va acompañada de otra, la económica. Ante el desastre que se avecina, la comunidad internacional está tratando de movilizar sumas astronómicas.
Los países del G20 han prometido inyectar 5 billones de dólares para apoyar a la economía mundial. Estados Unidos ha adoptado un plan de más de 2 billones de dólares para salvar su economía. Europa ha prometido en dos semanas “medidas fuertes”, una demora que decepciona y enfada a España e Italia.
“No superaremos esta crisis sin una fuerte solidaridad europea, a nivel sanitario y presupuestario”, estimó el sábado el presidente francés Emmanuel Macron, que pide un instrumento de deuda colectiva, algo a lo que Alemania se opone.
(Con información de AFP)
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