El líder checheno no conoce de términos medios. Ramzan Kadyrov cree que aquel que viole la cuarentena por el coronavirus COVID-19 merece el mayor y más drásticos de los castigos: la muerte. “Si me preguntas, cualquiera que cree este problema por sí mismo debería ser asesinado. No solo se enferma, sino que también infecta a su familia, sus hermanas, hermanos, vecinos”, dijo, según la agencia regional de noticias Caucasian Knot.
En Chechenia apenas tres casos dieron positivos, pero fueron aquellos que retornaron de un viaje a La Meca y retornaron vía Turquía. Ninguno cumplió con la cuarentena. Sin embargo, el gobierno intenta contener el pánico generado en la población que recurrió de inmediato a tiendas y comercios para abastecerse ante un posible encierro obligatorio. Como consecuencia del aumento de la demanda los precios de los productos comenzaron a crecer y Kadyrov ordenó a su equipo que luchen contra esto. De este modo comenzaron las redadas, durante las cuales los minoristas fueron obligados a bajar los valores que los mayoristas aumentaron.
Kadyrov fue más allá y cargó contra aquellos que divulgan rumores, casi tan dañinos como el virus, según su visión. Agregó que las personas que difunden información falsa sobre el coronavirus deben ser castigadas con el servicio comunitario. También ordenó el cierre de todos los restaurantes, cafeterías y “lugares concurridos” en Chechenia en un esfuerzo por detener la propagación del virus.
Como algunos líderes mundiales, el checheno también subestimó la pandemia. Kadyrov, hace apenas diez días, pidió a su población fortalecer el sistema inmunológico con agua con limón y miel, así como comer ajo para que haya “sangre pura”.
Elkhan Suleymanov, Ministro de Salud de Chechenia, señaló que los tres pacientes positivos son datos primarios que requieren confirmación. “La prueba no es tan sensible como nos gustaría, por lo tanto estas pruebas ya se han enviado a Novosibirsk, al Centro de Investigación Estatal de Virología y Biotecnología Vector", dijo el funcionario sanitario tratando de llevar tranquilidad a la población.
Según Suleymanov, los tres pacientes llegaron a Chechenia desde Turquía, y dos de ellos, en tránsito desde La Meca. “Hoy, nuestros ciudadanos están en cajas aisladas en el hospital de enfermedades infecciosas y reciben el tratamiento adecuado. Todas las personas que entran en contacto con ellos ya están cubiertas y están en aislamiento. Cuando aparezcan los primeros signos, serán hospitalizados”, aseguró el ministro.
El jefe checheno instó a los residentes de la república a tomar más en serio la amenaza de infección. “Tengan cuidado, pueblo checheno, no se muevan de un lado a otro”, dijo Kadyrov. Y confirmó su pensamiento de que la muerte es un castigo digno por infectar a otros. “La persona que se crea y crea este problema, si me preguntas, debería ser asesinada”, enfatizó Kadyrov.
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