La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó este lunes de que la cloroquina, medicamento que generalmente se usa para tratar la malaria, es una de las opciones que se barajan dentro de un gran ensayo clínico global para encontrar un posible tratamiento del coronavirus, que ha dejado hasta la fecha más de 378.000 afectados y más de 16.000 víctimas mortales en todo el mundo.
“Hay algunos indicios de que podría ser útil, pero no hay estudios claros y rigurosos que se hayan realizado para probar o refutar que la cloroquina es efectiva”, explicó la científica principal de la OMS, Soumya Swaminatha.
La semana pasada, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que tras unas pruebas iniciales con este medicamento, al que calificó de “muy poderoso”, se produjeron “resultados iniciales muy alentadores”.
No obstante, la propia Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), agencia dependiente del Gobierno de Washington, matizó que se necesitaban más estudios al respecto antes de poder sacar verdaderas conclusiones.
Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó el lunes que actualmente no hay tratamiento alguno para hacer frente de manera efectiva y segura la enfermedad del coronavirus, pero que la cloroquina entra dentro de los planes de la organización.
A su vez, la encargada del Departamento de Vacunas y Productos Biológicos de la OMS, la doctora Ana Maria Henao-Restrepo señaló que se trata de una “situación muy compleja”, pero existe un interés real “en seguir explorando el potencial de la cloroquina”.
No obstante, desde la propia OMS se alertó de los posibles riesgos que implica comenzar a ingerir este medicamento para tratar el coronavirus al no haber datos fehacientes de que se trate del fármaco adecuado.
Así lo ha hecho saber la doctora Swaminatha, quien recordó el suceso que se produjo el fin de semana en Nigeria, donde tres personas tuvieron que ser ingresadas tras haber ingerido una sobredosis de cloroquina, cuyos síntomas van desde las convulsiones, pasando por vómitos, presión arterial baja e, incluso, sordera y problemas de visión.
Con información de Europa Press
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