Las autoridades iraníes reportaron este domingo 129 nuevas muertes por la pandemia de coronavirus, llevando el total de víctimas fatales a 1.685, lo que mantiene a la nación persa como el tercer país como más muertes a nivel mundial, por detrás de China e Italia.
El balance ofrecido por el Ministerio de Salud también reportó 1.028 nuevos contagios, para un total de 21.638 casos en el país.
No obstante, horas atrás se pronunció el líder supremo, Ali Khamenei, para despotricar contra la ayuda sanitaria ofrecida por Estados Unidos. “Posiblemente su medicina (ofrecida) sea una forma de extender más el virus”, dijo el ayatollah, que citó otras teorías conspirativas. “O si envían terapeutas y médicos, quizá quieran ver el efecto del veneno, dado que se ha dicho que parte del virus se ha construido para Irán”, añadió.
El líder supremo hizo sus declaraciones en un discurso en Teherán emitido en vivo el domingo a todo Irán con motivo del Nowruz, el Año Nuevo Persa. Khamenei había cancelado su discurso habitual en el santuario del imán Reza en Mashhad, debido al brote viral. Es uno de los países más afectados por el nuevo virus: ocho de cada 10 casos en Oriente Medio se encuentran en Irán, y personas que salían de la República Islámica llevaron el virus a otros países.
Khamenei parecía hacerse eco de unos comentarios formulados a principios de mes por el portavoz del Gobierno chino, Lijian Zhao, que responsabilizó al Ejército estadounidense de llevar la epidemia a Wuhan, epicentro de la enfermedad. “No sé muy bien cuánto hay de cierto. Pero cuándo te encuentras con una acusación semejante, ¿es de sabios confiar? Podrían enviarnos medicamentos que propagan el virus, o que facilitaran su permanencia”, indicó el líder iraní.
Irán, en su lugar, ha solicitado sin éxito a Estados Unidos el levantamiento de las sanciones declaradas sobre el país.
Los científicos aún no han determinado con exactitud cómo se produjeron las primeras infecciones en personas. Las pruebas apuntan a que se originó en murciélagos, que a su vez infectaron a otro animal, desde el que se extendió a la gente en un mercado de Wuhan, en China. El mercado ahora clausurado ofrecía docenas de especies, como salamandras gigantes, crías de cocodrilo y perros mapache, descritos a menudo como salvajes aunque fueran procedentes de cría.
Un artículo publicado la semana pasada en la revista científica Nature Medicine también señaló que hay “fuertes indicios” de que el virus “no es el resultado de manipulación deliberada”.
En ningún lugar del mundo se han presentado pruebas científicas que respalden esas afirmaciones. Sin embargo, un portavoz del gobierno chino tuiteó este mes que “podría ser el Ejército de Estados Unidos el que trajo la epidemia a Wuhan. ¡Sean transparentes! ¡Hagan públicos sus datos! ¡Estados Unidos nos debe una explicación!”.
Tampoco Lijian ofreció pruebas para respaldar sus acusaciones, que hicieron que el Departamento de Estado de Estados Unidos convocara al embajador de China para presentar una queja formal.
Wuhan es la ciudad china donde se detectaron los primeros casos de la enfermedad en diciembre. El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha ido refiriendo de forma progresiva al microbio como el virus “chino” o “de Wuhan”, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud emplea el término COVID-19 para describir la enfermedad que produce.
(Con información de AFP, AP y Europa Press)
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