Desde que se confirmó que la paciente estaba enferma por el nuevo coronavirus hasta que el uso compasivo de remdesivir fue aprobado, pasaron solo 36 horas, contó a Science George Thompson, médico de la Universidad de California en Davis.
—Es muy poco para la aprobación de emergencia de una droga en investigación —aclaró.
—¿Cómo era el estado de la paciente?
—Pensábamos que iba a morir.
Se trataba del primer caso identificado de propagación comunitaria en los Estados Unidos: alguien que había dado positivo en el examen de SARS-CoV-2 y no había viajado a una zona infectada en el extranjero ni había estado en contacto con un caso confirmado o con síntomas.
“Al día siguiente de la aplicación de la droga mejoró de manera consistente", siguió Thompson. “No puedo probar que esté relacionado. Ojalá hubiéramos podido hacer pruebas seriales de su sangre, pero no pudimos por falta de recursos”. Tenían solo 20 kits de laboratorio para todo el condado de Sacramento, cuya sede es la capital de California. Y los pacientes seguían llegando. Ahora un ensayo clínico en la Universidad de Nebraska intenta determinar si ese antiviral, desarrollado originalmente contra el ébola, podría ser una de las claves para detener la pandemia.
¿Por qué, si se usó contra el ébola, no está aprobado todavía? ¿Qué tiene el remdesivir que lo hace buen candidato pero no tanto como para haber sido ya comercializado?
“Hace una década, un grupo de químicos elaboró un compuesto al que llamaron con sencillez 3a y que, en experimentos de laboratorio, eliminó varios virus diferentes”, contó Stat. “Uno era un tipo de coronavirus”. Remdesivir es un descendiente de aquella molécula, y recibió un nombre más complejo, GS-5734, en la compañía que lo desarrolla, Gilead, la misma que con la combinación Truvada (emtricitabina y tenofovir disoproxilo) presentó la primera terapia que puede prevenir el contagio de VIH, conocida como PrEP.
Remdesivir comenzó como un tratamiento para el ébola y el virus de Marburgo, pero también demostró utilidad —su mecanismo consiste en interferir la replicación del microorganismo invasor— contra el virus respiratorio sincitial, el de Junín, el de la fiebre de Lassa y algunos coronavirus como los causantes del síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS) y del síndrome respiratorio agudo grave (SARS). Actualmente se estudia su uso contra los virus de Nipah, Hendra y el Covid-19.
“Nacido como un candidato a antiviral de espectro amplio, fue arrojado a una serie de virus para ver dónde se adhería”, sintetizó Andrew Joseph en su artículo para Stat. “Fue de los laboratorios de Gilead a los centros académicos, movido por el dinero de los contribuyentes y el de la empresa. Siguió mostrando indicios de potencial en células y animales infectados por otros coronavirus, pero ninguno de ellos causaba entonces una crisis global sostenida”.
Ahora, en cambio, Remdesivir ganó protagonismo.
Primero se interesó China, desde luego; en los Estados Unidos ingresó en el programa de uso compasivo y acaso salvó la vida de la mujer de Sacramento. Se espera con ansiedad el resultado del ensayo clínico de Nebraska y otras 19 localidades, de las cuales ya están activas cuatro en Georgia y Washington State. “Por ahora no hay terapias aprobadas para las infecciones por coronavirus, y remdesivir es la más avanzada en el proceso de desarrollo”, recordó Stat. Bruce Aylward, de la Organización Mundial de la Salud, dijo el mes pasado: “En este momento solo hay un medicamento que creemos que puede tener una eficacia real. Y es el remdesivir”.
Según EMCrit Project, la droga de Gilead “podría ser un antiviral excelente”; el sitio de científicos independientes citó un estudio de este año de Timothy Sheahan, epidemiólogo de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, realizado sobre MERS, tanto in vitro como en animales. El estudio demostró que la combinación de remdesivir e interferona “tiene una actividad antiviral superior a la combinación de lopinavir, ritonavir e interferona”, que era la que evaluaba Arabia Saudita. “En ratones, tanto el remdesivir profiláctico como el terapéutico mejoran la función pulmonar y reducen la carga viral y la patología grave en pulmones”.
Sin embargo, recordó a Stat el vicepresidente de virología de Gilead, Tomas Cihlar, “el descubrimiento y el desarrollo de medicamentos suele ser un proceso muy largo y tedioso, y podemos tener muchos fracasos en el camino hasta llegar a un producto aprobado”. Remdesivir tuvo ya un tropiezo, cuando los estudios en animales demostraron su fuerza contra el ébola, pero en dos de cuatro ensayos clínicos en humanos dio como resultado “beneficios de supervivencia menos impactantes”.
Cihlar agregó: “Sería maravilloso que funcionara. Pero hay que probarlo".
El otro caso de COVID-19 en el cual el uso de remdesivir parece haber sido crucial sucedió en enero, en el Centro Médico Regional de Providence en Everett, estado de Washington. Un hombre de 35 años, que acababa de visitar Wuhan, se presentó con fiebre y tos. No estaba mal, pero los médicos ya estaban siguiendo el desarrollo de la crisis en China. “Eso nos hizo atender al empeoramiento de esta enfermedad”, dijo George Diaz, jefe de enfermedades infecciosas del centro.
En pocos días el hombre comenzó a necesitar oxígeno. Una placa reveló que su resfrío era, en realidad, una neumonía.
Díaz informó al Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), donde le sugirieron el uso de una droga experimental. “El tratamiento con remdesivir endovenoso comenzó La noche del día 7 y no se observaron eventos adversos”, escribió el equipo médico en la Revista de Medicina de Nueva Inglaterra (NEJM, por sus siglas en inglés). Al día siguiente el hombre comenzó a mejorar.
El CDC estaba al tanto de que, luego de las malas noticias sobre su eficacia contra el ébola, la droga de Gilead había llamado la atención de los médicos chinos en el frente de la epidemia. Cuando publicaron el genoma del SARS-CoV-2, el laboratorio miró el sector que contenía las claves del modo de reproducción del virus: encontraron que era casi idéntico a la versión del SARS. “Fue una señal contundente”, recordó Cihlar a Stat.
Sin embargo, el éxito en estos dos casos no es base para reconocer un tratamiento. Para eso son necesarios los ensayos clínicos. Hace falta saber, por ejemplo, si es mejor recurrir a la droga en una etapa temprana de la infección, cuando los niveles de virus de una persona son más bajos. También si puede generar complicaciones, como poner al sistema inmunológico en alerta excesiva, de manera tal que comience a actuar contra el propio cuerpo.
“En la actualidad hay cinco ensayos clínicos de remdesivir para el COVID-19: dos los realizan científicos chinos, uno sobre infecciones graves y otro sobre infecciones leves y moderadas; [en los Estados Unidos], uno tiene el patrocinio del Instituto Nacional de Salud (NIH); y los otros dos están en manos de Gilead en distintos países que tienen un gran número de casos, y analizan los diferentes grados de gravedad de la enfermedad y los regímenes de dosificación”, resumió Stat.
“Para la gente como yo, gente de la ciencia básica, con frecuencia no existe una implicación directa entre lo que hacemos y la mejora de la salud humana”, dijo Sheahan, de UNC, quien había estudiado esta droga contra el MERS, a la publicación de salud. “Es difícil imaginarse que el trabajo que hacemos en un laboratorio en Carolina del Norte podría salvar vidas en todo el mundo. Es increíblemente gratificante, pero es sorprendente e inusual para alguien como yo”.
Si el medicamento tiene éxito en los ensayos, en principio se utilizaría sobre todo en pacientes con síntomas más severos u hospitalizados, según los expertos: entre un 15% y un 20% de los casos. Pero algunos de los casos probados en China incluyeron pacientes cuyos síntomas habían comenzado hasta 12 días antes, lo cual podría ser demasiado tarde. Por ahora el momento, como la dosis adecuada, son parte del análisis.
Otras cuestiones de importancia serán el precio de la medicación, sobre el cual Gilead no ha querido explayarse. Una cuestión que lleva a otra en la cadena comercial: la disponibilidad de los insumos para fabricar la droga. Aun si solo se recomendara a personas hospitalizadas y con infecciones severas, se hablaría de miles de pacientes que necesitan dosis con urgencia. El director ejecutivo de Gilead, Daniel O’Day, dijo que la empresa “está ya comprometiendo a la cadena de suministros y fabricación, ante la eventualidad de un éxito” en los ensayos. También ha comenzado a hablar con sus socios, ya que puede necesitar ayuda para la producción: “En este momento, la demanda que podemos tener es realmente desconocida”.
Si bien el remdesivir lleva la delantera, también hay otras respuestas terapéuticas en estudio para enfrentar la pandemia de COVID-19, sin contar los proyectos que buscan vacunas. Hay un equipo de virólogos de UNC-Vanderbilt y otro de Emory que trabajan en tres compuestos, por ahora identificados como NHC, EIDD-2801 y EIDD-1931. También la empresa Regeneron, que tiene un antiviral exitoso contra el ébola, trabaja en una alternativa. Por último, algunos expertos han propuesto que se utilicen los anticuerpos que han generado los sobrevivientes a este coronavirus.
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