El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, advirtió que “la policía tiene el derecho de pedir una justificación” a los ciudadanos que se trasladan de la zona del Norte de Italia en cuarentena por el coronavirus, en medio de múltiples reportes de violaciones de las disposiciones por parte de los ciudadanos.
“Debemos entender que todos debemos cumplir y no debemos contrarrestar estas medidas”, instó en las primeras horas del domingo. “No debemos intentar ser vivos”.
El Gobierno italiano ha decretado el aislamiento de la región de Lombardía y otras 14 provincias del norte, una amplia zona en las que viven unas 16 millones de personas, donde se han producido la mayor parte de las infecciones en el país, con el objetivo de contener la expansión del coronavirus, que suma 6.387 contagiados y 366 muertos.
“Invitamos a todos a reducir los traslados, limitándolos a las exigencias laborales, casos de necesidad y razones de salud”, reiteró este lunes el primer ministro en una entrevista al diario La Repubblica. “Quienes no respeten esta disposición violan el artículo 650 del Código Penal. Y quien certifique de forma falsa que se da una de las tres justificaciones para los movimientos, quedará expuesto a una nueva sanción penal”, agregó.
Este articulo conlleva arrestos de hasta tres meses y penas de 206 euros por desacato. Pero las sanciones podrán aumentar si una persona infectada rompe su cuarentena, pues incurriría en un delito doloso contra la salud pública. El artículo 452 del Código Penal estipula penas que van desde los 3 años de cárcel a la cadena perpetua si un sujeto desata una epidemia o contamina aguas, alimentos u otros bienes de consumo.
Polémica por la violación de las medidas
El llamado de Conte se produjo después que miles de personas abandonaron el sábado por la noche la zona en cuarentena ante el temor de quedar bloqueados, explicaron los medios italianos.
Antes de la firma oficial del decreto, los medios de comunicación italianos divulgaron los principales puntos.
Una fuga de noticias considerada “inaceptable” e irresponsable por parte del jefe de gobierno. “La publicación de un borrador desató sólo incertidumbre y confusión”, lamentó.
El masivo éxodo de personas potencialmente contagiadas por el virus aumentó la preocupación de las personas de otras regiones.
“Se lo ruego: quédense en casa, sal sólo por razones esenciales”, instó el profesor de virología milanés Roberto Burioni en su cuenta de Twitter. "Es una locura”, reaccionó ante los informes de prensa que daban cuenta de centenares de personas huyendo la víspera de la cuarentena.
“¡Tienen que quedarse en casa!”, también pidió Barbara Balanzoni, una doctora, en un video que se volvió viral en Italia. La médica dijo que no había suficientes respiradores para ayudar a las personas enfermas del virus. “Hay demasiada gente por la calle”, protestó Balanzoni.
Las fotos de personas que abarrotaban los centros turísticos, clubes nocturnos y reuniones callejeras para aprovechar el buen tiempo causaron polémica.
“No es fácil cambiar los hábitos de vida de la mañana a la noche y aceptar sacrificios personales por un bien colectivo. No quiero hacer juicios negativos. Esta dificultad de adaptación afecta a todos, incluidos usted y yo”, dijo Conte en la entrevista con La Repubblica. “La renuncia que cada uno de nosotros está llamado a hacer es crucial para el bienestar de todos. Si todos respetamos las reglas indicadas, el país pronto podrá levantar cabeza”.
Una ayuda para el gobierno llegó de la mano de protagonistas de la música, el cine y el espectáculo, quienes también instaron a los italianos a quedarse en casa, a través del hashtag #IoStoACasa (Yo me quedo en mi casa).
“Es un mensaje muy importante para nuestra juventud”, agradeció en Twitter el ministro de cultura de Italia, Dario Franceschini.
Personas sin motivo no, mercancías sí
El decreto del gobierno, entre otras cosas, pide “evitar” el movimiento de personas físicas ya sea para entrar o para salir de los territorios afectados, así como dentro de los mismos.
Pero los habitantes de las zonas controladas sí podrán moverse dentro de ellas o abandonarlas por comprobados motivos de trabajo u otras auténticas exigencias, como problemas de salud.
Se establece, eso sí, la “prohibición absoluta” de quebrantar la cuarentena a aquellos que hayan dado positivo en el coronavirus.
Este bloqueo no afecta al tráfico de mercancías, que pueden entrar y salir de estos territorios, los más industrializados de Italia, pero los transportistas deberán limitarse a “las exigencias de entrega o retirada de mercancías”, se lee en una nota oficial.
Los aeropuertos permanecían abiertos, aunque está prohibido abandonar las áreas en donde rige la cuarentena, llamadas “zonas rojas”.
Dentro de esta área, donde reside una cuarta parte de la población italiana, los museos, los centros deportivos, las piscinas, los clubes nocturnos, las salas de juegos y los pubs deben permanecer cerrados.
Los bares y restaurantes pueden permanecer abiertos con la condición de que se respete la distancia de seguridad (un metro entre dos personas), de lo contrario los obligan a cerrar.
Milán, sede de la bolsa de valores italiana, tiene poco menos de 1,4 millones de habitantes, pero diez millones de personas viven en toda la región de Lombardía, el corazón económico e industrial de la península.
Un arduo control
Una de las dudas que suscitó el decreto fue el modo en que se controlaría una zona tan amplia. El primer ministro, Giuseppe Conte, aseguró que los cuerpos de seguridad se harían cargo de ello.
Las primeras zonas rojas, once pequeños municipios de Lombardía y Véneto con un total de 55.000 habitantes, estuvieron custodiados por el ejército. Ahora las zonas aisladas han aumentado enormemente y militarizarlas resulta imposible.
La ministra del Interior, Luciana Lamorgese, envió el domingo una directiva a los delegados del Gobierno explicando que los controles debían llevarse a cabo por tierra, mar y aire.
En el documento se establece que para moverse en o desde la zona de “contención reforzada” bastará una “autocertificación” en la que la propia persona asegure sigue motivos laborales o de salud.
La Policía controlará los accesos por carretera y recopilará esos certificados, cuya veracidad “podrá ser analizada sucesivamente”.
En cuanto al transporte ferroviario, la Policía, junto a miembros de Protección Civil y de “Ferrovie dello Stato”, controlará la entrada y salida de estas zonas recogiendo certificados y verificando la salud de los viajeros midiéndoles la temperatura.
En los aeropuertos, como Milán por ejemplo, los pasajeros que salgan o entren serán sometidos a un control y deberán presentar el certificado, pero no quienes solo hagan una escala.
Para los vuelos internacionales, dentro o fuera del espacio europeo Schengen, solo deberán presentar el certificado los habitantes de esos territorios. Para quienes lleguen de fuera de Italia los pasajeros “deberán explicar el motivo de su viaje”.
Medidas idénticas afectarán a los viajeros de naves de cruceros que lleguen Venecia, donde no podrán desembarcar porque se encuentra en el área aislada pero sí podrán transitar momentáneamente para alcanzar otras infraestructuras necesarias en sus viajes.
Limitaciones en el resto de Italia
En el resto de Italia siguen vigentes una serie de limitaciones para frenar los contagios, como la suspensión de las lecciones en colegios y Universidades y de manifestaciones y eventos culturales que conlleven aglomeraciones, desde el cine a las discotecas.
Además diez regiones del centro y del sur han establecido controles para las personas procedentes de las zonas aisladas del norte o que hayan transitado por ellas. Deberán comunicarlo a su llegada a las autoridades sanitarias y estar 14 días en cuarentena.
Son la Toscana, el Lacio, Apulia, Calabria, Molise, Basilicata, Abruzos, Campania y las islas de Sicilia y Cerdeña.
Con información de EFE
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