La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia, su principal aliado, no lograron este viernes llegar a un acuerdo para recortar la producción y detener la caída de los precios del crudo afectados por la epidemia del nuevo coronavirus. Tras conocerse la noticia, el petróleo se derrumbó más de un 10% tras una apertura negativa de los mercados marcada por el coronavirus.
“A partir del 1 de abril, teniendo en cuenta la decisión tomada hoy, ningún país, ni de la OPEP, ni de la OPEP+, está obligado a reducir la producción”, declaró el ministro ruso de Energía, Alexandre Novak, a los periodistas tras largas negociaciones en Viena.
Durante estas reuniones, Rusia rechazó la oferta de la OPEP de recortar adicionalmente 1,5 millones de barriles diarios hasta el fin de 2020.
El bloqueo de las discusiones, analizado febrilmente por los mercados, hundía los precios del petróleo. El barril de Brent del mar del Norte se cotizaba en 45,32 dólares en Londres, un 9,24% menos que el jueves al cierre y llegó a valer 45,28 dólares, el más bajo precio desde junio de 2017. Mientras que el WTI de referencia en Estados Unidos se vendía 41,24 dólares el barril, un 10,20% menos que en la jornada anterior.
Los ministros de los 23 países productores, encabezados por Arabia Saudita y Rusia, abandonaron en orden disperso la sede de la OPEP donde estaban reunidos desde el jueves tratando de lograr un acuerdo. Y contrario a lo habitual, no ofrecieron conferencia de prensa.
La OPEP hizo todo lo posible para convencer a su aliado ruso de bajar de forma más drástica la producción de petróleo, con la esperanza de parar la caída de los precios acentuada por la epidemia de coronavirus o Covid-19.
El cartel proponía a Rusia y a sus otros nueve socios un recorte colectivo adicional de 1,5 millones de barriles diarios para no dejar que la epidemia arruinara los dolorosos esfuerzos hechos desde 2017 para mantener los precios del crudo en un mercado donde hay un exceso de oferta.
Deseosa de enviar una señal fuerte a los mercados, la OPEP decidió inclusive ampliar el periodo de esta limitación hasta fines del 2020, en vez de los tres meses suplementarios inicialmente contemplados.
“Un fracaso en lograr un acuerdo haría caer los precios del petróleo al abismo”, advirtió Stephen Brennock, analista para PVM. Para los analistas de JBC, la reunión del viernes era “uno de los días más importantes en los casi 60 años de historia de la OPEP”.
Según los medios rusos que citaban el viernes a la delegación presente en Viena, Rusia no estaba convencida en un recorte adicional de la producción y deseaba simplemente prolongar el acuerdo en vigor.
Se iniciaron entonces arduas negociaciones en la mañana en la sede del cartel, donde la reunión principal entre ministros y delegaciones de la alianza conocida con el nombre de OPEP+, que cuenta con 23 países, fue retardada y precedida de encuentros bilaterales.
Difícil que Rusia aceptara
Desde inicios de 2017, los miembros de la OPEP+ ya se habían comprometido a la retirada del mercado de 1,2 millones de barriles diarios. En diciembre pasado, la alianza incrementó esta reducción de 500.000 barriles mientras Arabia Saudita retiró, a título individual, 400.000 barriles más.
Un nuevo ajuste severo parecía aún necesario: los ingresos petroleros sufren un frenazo a causa de la epidemia de Covid-19 en la economía de China, primer importador mundial de oro negro.
Para tratar de convencer a sus aliados, la OPEP proponía que solo asumieran una tercera parte de todos los nuevos recortes, o sea 500.000 barriles diarios.
Rusia, segundo país productor mundial de crudo después de Estados Unidos y delante de Arabia Saudita, elaboró sus presupuestos con un barril de Brent a 42,4 dólares y reitera que está satisfecho con los precios actuales.
Para las grandes empresas rusas del petróleo, cada barril retirado del mercado implica una caída de los ingresos, además del riesgo de ceder partes de mercado a Estados Unidos, que inunda el planeta con su petróleo de esquisto.
"Rusia tiene por costumbre ser prudente sobre los compromisos de recortes suplementarios y la nueva cifra (de recorte) es algo difícil de aceptar", había indicado Stephen Brennock de PVM.
“Los rusos pueden vivir con un barril a 40 dólares y parece que están dispuestos a soportar precios aún más bajos a corto plazo”, señaló Edward Moya, analista de Oanda.
Por Benoît Pelegrin (AFP)
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