El líder de la secta surcoreana relacionada con la mitad de casos del nuevo coronavirus en Corea del Sur pidió el lunes disculpas por la responsabilidad de su organización en la propagación de la epidemia.
“Quiero ofrecer mis más sinceras disculpas a la gente, en nombre de los miembros”, dijo en conferencia Lee Man-hee, fundador de la Iglesia de Jesús Shincheonji.
El hombre, de 88 años, se arrodilló dos veces antes de postrarse, con la frente en el suelo, ante la prensa.
“No fue intencionado, pero numerosas personas fueron contagiadas”, lamentó el jefe de este controvertido movimiento, muy criticado en el país.
“Hemos puesto en práctica todos nuestros esfuerzos, pero hemos sido incapaces de evitarlo. Pido perdón a la población”, manifestó.
Lee es venerado como el “pastor prometido” por los adeptos de Shincheonji, también conocido como el Templo del Tabernáculo del Testimonio.
El movimiento, fundado en 1984, afirma que este hombre se ha puesto el manto de Cristo y llevará al paraíso a 144.000 personas el día del juicio final.
La propagación de la enfermedad en Shincheonji partió de una mujer de 61 años, identificada como “paciente 31”. Empezó a sufrir fiebre el 10 de febrero y asistió al menos a cuatro oficios de Shincheonji en Daegu, la cuarta ciudad del país, antes de ser diagnosticada.
Las autoridades han lanzado una gran campaña de detección para conocer el alcance de la enfermedad e intentan someter a pruebas a más de 266.000 fieles de Shincheonji.
El ayuntamiento de Seúl ha anunciado una demanda contra 12 dirigentes del movimiento, entre los que figura Lee Man-hee. Están acusados de no haber hecho todo lo posible para incitar a sus miembros a cooperar.
El fundador de la secta afirmó, sin embargo, que el grupo estaba “cooperando activamente con el gobierno”.
Daegu y sus alrededores concentran ahora mismo el 88 % de todos los casos nacionales y han forzado al Gobierno surcoreano a activar medidas especiales en la región para evitar el colapso sanitario.
Al controvertido grupo se le ha acusado de no cooperar a la hora de facilitar rápidamente a las autoridades una lista con todos sus seguidores y aprendices para que se les someta a cuarentena y se les practique un test.
El Gobierno consiguió 310.000 nombres en total y ha testado a más de 293.000, al tiempo que unos 4.000 de estos miembros aún no han podido ser localizados.
(Con información de EFE y AFP)
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