“¡Estamos hartas!”. El grito ha resonado en toda España después de que otra periodista sufriera un abuso sexual mientras hacía su trabajo frente a las cámaras de televisión. Sucedió en las Islas Canarias cuando un hombre besó en directo sin consentimiento y por sorpresa a la reportera Raquel Guillán. El respaldo en la sociedad ha sido unánime. El caso puede sentar un precedente por la rapidez con que ha actuado la justicia.
“Me sentí totalmente invadida e indefensa, esa es la palabra. Vi que corrían dos personas hacia mí pero lo que normalmente suelen hacer es ponerse detrás tuyo para distraerte. Sólo intenté concentrarme para seguir hablando, jamás pensé que iba a suceder eso. Cuando me dio un beso en la cara entré en shock”, dice la periodista a Infobae.
En el vídeo se nota que ella intenta seguir con la narración de su reportaje pero está bloqueada por lo que ha ocurrido. “Seguí robóticamente, con la mente en otro lugar. Me habían agredido”, explica. “En ese momento estás totalmente indefensa, si lo hace tres minutos antes me hubiera defendido pero abusó de la situación del directo, no pude hacer nada”.
El agresor ha sido condenado este martes 25 de febrero en un juicio rápido tras alcanzar un acuerdo con la acusación. Deberá abonar a la periodista una indemnización de unos 2.500 euros y cumplir una orden de alejamiento de al menos 300 metros durante 16 meses.
El fallo del Juzgado número 2 de Arrecife (Lanzarote), al que ha tenido acceso Infobae, contempla dos delitos: uno por abusos sexuales (que estipula una cuota de seis euros diarios a lo largo de 12 meses y la orden de alejamiento) y otro por lesiones (multa de 120 euros), además deberá pagar 130 euros en concepto de responsabilidad civil.
La periodista está satisfecha con la sentencia, que es firme y no admite recurso. “Lo más importante ha sido la rapidez con que ha actuado la justicia, que no se haya olvidado. Y la contundencia al reconocer lo que es, lo que yo sufrí en ese momento y lo que mucha otra gente vio: un abuso sexual. Es increíble que todavía haya comentarios del tipo ‘es algo cariñoso’. No, perdona, un cariño me lo da alguien a quien conozco y al que se lo he permitido”.
Como explicaba Raquel Guillán en una entrevista con Verne para El País, hubo una segunda parte del incidente que no mostró la televisión. “Después de un par de minutos volvieron él y su amigo, como si nada. Le dije que eso no se hace y que iba a llamar a la policía, que no se fuese. Cuando vio que iba en serio, salió corriendo y se le cayó la cartera. La cogí, no se la quise devolver para que le identificase la policía y me tiró del pelo y me empujó para recuperarla. Caí al suelo de espaldas”.
“Antes de que me agrediera físicamente ya tenía muy claro que le iba a denunciar. Nadie puede venir, tocarme y ni mucho menos besarme sin mi consentimiento y además aprovechándose de una situación donde estoy indefensa”, explica a Infobae.
Reconoce que lo ha pasado muy mal estos últimos días pero siente que, más allá de la sanción, el juicio puede servir para concienciar a la sociedad española. “Lo que he sufrido no se lo recomiendo a nadie, lo he pasado realmente mal. Parece que hace falta que estas cosas ocurran en directo delante de las cámaras de televisión para que la gente se dé cuenta de que todavía existe machismo en plena calle”.
En vísperas del 8M
En España todavía está muy presente el caso de La Manada, la violación de una joven de 18 años por cinco hombres durante las fiestas de San Fermín en Pamplona en 2016. El caso despertó una amplia repulsa social porque al principio los tribunales consideraron que era “un abuso sexual”. Hubo manifestaciones por todo el país y finalmente los agresores fueron condenados por “violación”.
Despertó conciencias que más tarde se han afianzado con las marchas feministas. Esta semana el caso de Raquel Guillán ha generado una oleada de denuncias en vísperas del 8M, el paro internacional por la igualdad que en 2018 movilizó en España a más de cinco millones de mujeres en una huelga general sin precedentes al grito de “Queremos derechos, no flores” y “Si nosotras paramos, se para el mundo”.
Fue precisamente durante el Mundial de fútbol de Rusia en 2018, unos meses después de las protestas del 8 de marzo, cuando varias periodistas sufrieron agresiones machistas frente a las cámaras mientras cubrían el evento deportivo. No sólo las españolas tuvieron que soportar estas vejaciones, sino que otras reporteras como la colombiana Julieth González Therán del medio alemán Deutsche Welle fue zarandeada y besada por un hombre en directo.
Entonces el alegato de la periodista española María Gómez en directo para Telecinco se hizo viral y estos días han vuelto a escucharse sus palabras en España tras la agresión a Guillán.
“Me parece surrealista que tengamos que pedir respeto. No sé si hace falta aclararlo pero basta ya de este tipo de actitudes, basta ya de este tipo de hombres. Somos trabajadoras, no somos floreros, no estamos esperando besos que no pedimos. No somos muñequitas que estamos en la calle. Somos profesionales y pedimos, simplemente, respeto. Entendemos la euforia, la alegría pero, por favor, vamos a dejar ya este tipo de situaciones que parecen del Pleistoceno”.
En agosto de ese mismo año la periodista española Elizabeth López sufría otra agresión mientras cubría una noticia para La Sexta y lo denunciaba en su cuenta de Twitter con el hashtag #bastaya. “Hoy me ha tocado a mí. Un tipo ha decidido besarme la cabeza mientras hacía un directo. A él y a sus amigos les ha parecido gracioso. A mí una situación vergonzosa e intolerable. Falta mucho respeto y sobran actitudes machistas”.
Igual que entonces, también ahora Guillán ha recibido numerosas muestras de apoyo. “Esto acaba de pasar en directo. Toda mi solidaridad para la periodista. ¡Estamos hartas!”, ha dicho Sara Ramírez, la consejera de igualdad del cabildo de Gran Canaria. “Gentuza. Lamentable que haya a quien le sigue pareciendo gracioso”, denuncia la presentadora de Telemadrid Rocío Delgado.
Desde Radio Televisión Canaria, el medio para el que trabaja Guillán, han emitido un comunicado donde repudian la agresión. “Nunca pretendemos ser noticia pero esta ocasión y las circunstancias en las que ocurrió dicho ataque machista, en una emisión en directo, nos obligan a serlo”.
Guillán siente que la sensibilidad contra el machismo está cambiando en España aunque todavía queda por avanzar. “Hace unos años nos hubiéramos reído todos con lo que me ha ocurrido a mí. Ahora hay un apoyo social amplio, la mayoría reconoce que es un abuso sexual. Por eso es importante visibilizarlo y denunciar, no hay que dejarlo pasar. Mi caso es sólo uno más de los que vivimos las mujeres cada día en la calle, estamos expuestas ya seamos periodistas o de cualquier otra profesión”.
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