Al menos 20 personas murieron en tres días de enfrentamientos en Nueva Delhi aparentemente desatados por la primera visita oficial a India del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Se esperaba que la cifra siguiera subiendo dado que los hospitales estaban abrumados con decena de heridos, según dijeron el miércoles las autoridades.
El ministro jefe de Nueva Delhi Arjind Kerjiwal, máximo cargo electo de la región, pidió el miércoles al gobierno del primer ministro, Narendra Modi, que enviara al ejército indio a las zonas afectadas por los disturbios en el nordeste de la capital
La policía describió la situación como tensa pero bajo control. Las escuelas se mantuvieron cerradas y el derecho de asamblea seguía suspendido.
Turbas hindúes chocaron con musulmanes que protestaban por una polémica ley de ciudadanía, que agiliza la naturalización de minorías religiosas pero excluye a los musulmanes. La violencia se agravó el martes, indicó Rouf Khan, de 43 años y vecino de Mustafabad, una zona del nordeste de Nueva Delhi.
Turbas armadas con barras de hierro, ladrillos y palos de bambú atacaron viviendas de musulmanes mientras coreaban “Jai Shri Ram”, o “Victoria al señor Rama”, el popular dios hindú que aparece en la épica religiosa “Ramayana”, indicó Khan.
Mientras Trump y su comitiva abandonaban Nueva Delhi en el Air Force One el martes por la tarde, familias musulmanas se refugiaron en una esquina nordeste de la ciudad, rezando porque los grupos hindúes no le prendieran fuego.
“Tras abrirse paso en las casas, se pusieron a destruir y empezaron a golpear a la gente y romper cosas de las casas”, dijo Khan, añadiendo que había tenido que huir con su familia para refugiarse en una mezquita vecina que según dijo estaba vigilada por miles de hombres musulmanes.
“No sé si nuestra casa se quemó o no, pero cuando huíamos les oímos pedir a la gente que echara queroseno y lo quemara todo”, dijo Khan.
Aunque aún no se habían completado las autopsias, algunos fallecidos tenían heridas de bala, indicó el médico Sunil Kumar, director médico del Hospital Guru Teg Bahadur.
Otros llegaron al hospital con heridas de bala o arma blanca, así como lesiones en la cabeza o provocadas por saltar desde lugares altos.
Entre ellos estaba Mohammad Sameer, de 17 años, que fue atendido el miércoles por un disparo en el pecho en el Hospital Guru Teg Bahadur.
En declaraciones a The Associated Press tras una operación, Sameer dijo que estaba de pie con su familia en la terraza de su apartamento, viendo cómo turbas hindúes entraban en Mustafabad, cuando recibió un disparo en el pecho.
“Cuando dispararon a Sameer, le cargué sobre mis hombros y corrí escaleras abajo”, dijo el padre del chico, Mohammad Akram. “Pero cuando la turba nos vio, nos golpearon a mí y a mi hijo herido. Él sangraba mucho. Mientras nos golpeaban con palos, seguían coreando lemas de Jai Shri Ram y amenazaban con irrumpir en nuestras casas”.
Akram dijo que había logrado llevar a su hijo a un bicitaxi, aunque su marcha se vio interrumpida varias veces por hindúes que exigían que se bajaran los pantalones para mostrar si estaban circuncidados, antes de que consiguieran escapar de la zona y llegar a la sala de urgencias.
Además de los muertos había al menos 189 heridos, según Anil Kumar, portavoz de la policía de Nueva Delhi.
India ha sufrido episodios de violencia desde que el Parlamento aprobó la ley de ciudadanía en diciembre. Los críticos afirman que el país avanza hacia una prueba religiosa de ciudadanía.
(Con información de AP)