El régimen de Bashar al Assad intensifica la ofensiva en el noroeste de Siria. Al menos 19 civiles perdieron la vida este martes en los bombardeos en la provincia de Idlib, de acuerdo a lo informado por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Ocho menores forman parte de las víctimas de los bombardeos aéreos y disparos de artillería contra la ciudad de Idlib y las localidades de Binnish y Maaret Misrin, según el OSDH.
“Diez civiles, de ellos seis menores, murieron en los bombardeos aéreos del régimen sirio en la localidad de Maaret Misrin en la provincia de Idlib, y otros seis civiles perdieron la vida en la ciudad de Idlib, entre ellos un estudiante y tres profesores, en los disparos de artillería contra varias escuelas”, dijo a la agencia AFP el director de OSDH, Rami Abdel Rahmane.
Otros tres civiles, de ellos un menor, murieron en bombardeos de Damasco en la localidad de Binnish", según la misma fuente.
El régimen sirio, con el apoyo de la aviación rusa, lanzó en diciembre una gran ofensiva en el noroeste sirio, en la que han muerto al menos 400 civiles, según OSDH, y desplazado a cerca de 900.000 personas, de acuerdo a datos de la ONU; el mayor éxodo en tan poco tiempo desde el inicio de la guerra siria en marzo de 2011.
El régimen reconquista Kafranbel en Idlib, una ciudad simbólica
En su creciente ofensiva, las fuerzas de Bashar al Assad retomaron el control este martes de Kafranbel, en el sur de la provincia de Idlib, una de las primeras ciudades que se sumó a las protestas contra Damasco y que degeneraron en una guerra civil.
Apoyadas por la aviación rusa, las tropas de Bashar al Asad retomaron la ciudad así como otros 18 localidades en el sur de la provincia en las últimas 48 horas, indicó la ONG.
Desde que se iniciaron las manifestaciones pacíficas contra el dictador sirio en 2011, que fueron reprimidas con sangre por el régimen, Kafranbel pasó en 2012 bajo control de los rebeldes, que dominan todavía junto a los yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS, la ex rama siria de Al Qaeda) una parte de la provincia de Idlib.
En las últimas semanas, las tropas sirias han recuperado cerca de la mitad de la provincia de Idlib.
En medio de la presión internacional para reducir las tensiones, Rusia se negó este martes a un posible alto el fuego en el noroeste sirio.
El ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, rechazó detener la ofensiva en la región de Idlib, al considerar que sería como “capitular frente a los terroristas”. “Esto no es un problema de derechos humanos, es capitular frente a los terroristas e incluso premiar sus actividades”, dijo Lavrov en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra.
El ministro ruso acusó a algunos gobiernos de “querer justificar acciones inadmisibles cometidas por grupos radicales y terroristas”.
Con información de AFP
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