Un especialista japonés de enfermedades infecciosas que subió al crucero Diamond Princess calificó de “totalmente caótica” la gestión por Japón de la crisis del coronavirus, que ya ha dejado más de 2.000 muertos en China.
Kentaro Iwata, profesor de la división de enfermedades infecciosas de la Universidad de Kobe (oeste), dijo que tuvo “miedo” como nunca lo había tenido a lo largo de su carrera, una crítica muy poco habitual en público en Japón en el entorno oficial universitario.
Tras haber batallado por obtener autorización de las autoridades, el martes pudo subir el buque, inmovilizado cerca del puerto de Yokohama (sur de Tokio).
"Este navío es totalmente inapropiado para el control de propagación de infecciones. No hay distinción entre zonas verdes (sanas) y rojas (potencialmente infectadas) y el personal puede circular de un lugar a otro, comer, llamar por teléfono”, cuenta.
De las cerca de 2.400 personas sometidas a análisis en el navío al menos 600 dieron positivo al coronavirus COVID-19 y otros resultados todavía se desconocen. Pese a los nuevos diagnósticos, cientos de pasajeros recibieron autorización para desembarcar.
“He estado en África para tratar la epidemia del Ébola. He estado en otros países por el cólera, en China en 2003 para ocuparme del SARS (...) Nunca tuve miedo de contagiarme. Pero al interior del Diamond Princess, tuve miedo porque no hay ninguna forma de decir dónde se encontraba el virus”.
Tan preocupado está que se ha puesto él mismo en cuarentena por 14 días por miedo a contagiar a su familia.
Iwata lamenta que la gestión de la crisis quedara inicialmente en manos de burócratas. “En el Princess Diamond, esta aterrado, porque no había un especialista de la gestión de infecciones”, asegura.
El ministro japonés de Salud, Katsunobu Kato, refutó estas críticas. “Médicos expertos que forman parte de un equipo de prevención de las infecciones vigilan el interior del buque”, sostuvo en una respuesta a parlamentarios de la oposición a los que aseguró que especialistas que asesoran al gobierno consideran la situación “bajo control”.
Además del elevado número de contagios en el crucero -que suponen más de la mitad del total de casos globales de COVID-19 registrados fuera de China- , los expertos también han señalado los riesgos que conlleva el hecho de liberar a los pasajeros sin someterlos a más tiempo de observación.
(Con información de AFP y EFE)
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