En un nuevo avance contra la comunidad LGBT de Rusia, el presidente del país, Vladimir Putin, apoyó este jueves la posibilidad de prohibir el matrimonio gay en Constitución, cuya reforma fue propuesta por él en enero y está actualmente bajo debate.
“Un matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer”, declaró Putin en una reunión con un grupo de trabajo formado por el Kremlin sobre la reforma constitucional. “Es una buena idea y necesita apoyo. Sólo tenemos que reflexionar sobre cómo formularla y dónde”, estimó, en respuesta a una propuesta hecha por la congresista conservadora, Olga Batalina, de establecer en la norma fundamental que el gobierno debe apoyar “los valores familiares tradicionales”.
Según Batalina, el concepto de familia está actualmente en peligro debido a intentos de introducir nuevos términos como “padre número uno” y “padre número dos”. “No es una fantasía, es una realidad en varios países”, precisó Batalina, que representa al partido gobernante Rusia Unida en la Duma Estatal (cámara baja del parlamento).
La congresista también apoyo una norma de alto perfil contra la comunidad LGBT que en 2013, y bajo la excusa de preservar a los niños, limita cualquier expresión de diversidad sexual en público. A partir de esta ley, no sólo se prohibió la adopción por parte de personas del mismo sexo sino también la adopción por parte de personas solteras que provengan de países en los cuales el matrimonio homosexual es legal. Bajo el paraguas de esta ley también se habilitó la posibilidad de quitarles los hijos biológicos a parejas del mismo sexo, incluso a aquellas que hasta el momento de la promulgación de la ley llevaran adelante un modelo de familia sin problemas.
En una discusión con el músico Elton John en junio de 2019, Putin defendió la norma, asegurando que es necesaria para “dejar a los niños en paz y que decidan quienes son por sí mismos". En esta línea, el gobierno ha prohibido también las marchas del orgullo gay en todo el país.
Sin embargo, la iniciativa contrasta con el aumento del apoyo de la sociedad rusa a los derechos de la comunidad. En julio de 2019, una encuestadora independiente publicó un estudio en el que mostró que el apoyo a la igualdad de derechos llegó al 47 por ciento, su nivel más alto en 14 años. En 2013, cuando la ley en cuestión fue aprobada, la cifra era del 39 por ciento.
Según el estudio, hay dos factores que influyeron principalmente en las cifras: el primero es que “se está reduciendo el impacto de la propaganda estatal sobre el tema de las personas LGBT, pues desde 2014 la atención de los canales federales se ha dirigido a Ucrania y otros ‘enemigos’ externos”; y el segundo, que la “cultura de masas a nivel mundial y su influencia sobre la juventud es ahora más fuerte”.
“Los protagonistas en series y programas no sólo son heterosexuales, como pasó durante mucho tiempo. Los cantantes cantan sobre un amor diferente” en un momento en el que por primera vez “hay una generación que recibe más información por internet que por televisión, y ya no hay un telón de acero”, agrega el informe, en referencia al sistema de censura implementado por la Unión Soviética durante el transcurso de la Guerra Fría y hasta su caída a principios de la década de 1990.
Sin embargo, en diálogo con Infobae, Dimitri Musolin, de la Alianza de Heteros y LGTB por la Igualdad LGBT de San Petersburgo, cree que el éxito es sólo parcial. “La actitud está cambiando, pero no hay una tendencia común. La postura de los medios de comunicación más liberales y de los jóvenes que viven en las grandes ciudades se está volviendo más favorable al colectivo LGBT, pero al mismo tiempo no está mejorando la postura de los medios de comunicación oficiales controlados por el Estado o la autoridad regional, ni la actitud del gobierno y la Iglesia”.
La homofobia está arraigada en Rusia. La homosexualidad en el territorio fue despenalizada en 1917, en coincidencia con el advenimiento de la Unión Soviética, pero fue reintroducida como delito en 1933. Solo dejó de estar penada nuevamente en 1993, y en 1999 fue removida de la lista de trastornos mentales. Sin embargo, según un estudio de 2014 un 62,5% de 450 psiquiatras entrevistados consideraban la homosexualidad como una enfermedad.
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