Varios centenares de científicos de todo el mundo iniciaron el martes en la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Ginebra, una reunión destinada a trazar un plan para frenar la epidemia provocada por el nuevo coronavirus, enfermedad que la organización calificó como una “amenaza muy grave”.
“Con el 99% de los casos en China, (la epidemia) sigue constituyendo una verdadera emergencia para este país, pero es también una amenaza muy grave para el resto del mundo” afirmó en Ginebra el jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, al inaugurar la conferencia.
No obstante, se mostró optimista acerca de la posibilidad de detener su propagación: ""Si invertimos ahora tenemos una oportunidad realista de detener esta epidemia", aseguró.
Durante dos días, unos 400 científicos van a evaluar diversos medios para luchar contra la epidemia, concentrándose sobre todo en su transmisión y en los tratamientos posibles. Compartirán además sus conocimientos sobre las fuentes potenciales de la enfermedad, que podría tener su origen en los murciélagos, y luego haber migrado hacia otros animales, antes de llegar al hombre.
“Lo que importa ahora es detener esta epidemia y salvar vidas. Podemos lograrlo juntos, con su apoyo”, dijo el responsable de la OMS a los participantes.
Ghebreyesus también pidió a todos los países que den muestras de “solidaridad” compartiendo las informaciones que posean.
“Esto es particularmente importante en lo referente a las muestras y la secuencia (del virus). Para derrotar a esta epidemia necesitamos compartir las informaciones”, insistió.
“Hoja de ruta”
El responsable de la OMS confió en que esta reunión produzca una agenda y una “hoja de ruta” en materia de investigación que ayude a investigadores y donantes.
Fuera de China continental, el virus mató a dos personas (una en Filipinas y otra en Hong Kong) y más de 4000 casos han sido confirmados en una treintena de países y territorios.
Paralelamente a estas actividades de la OMS, esta agencia especializada de la ONU empezó a enviar a varios países material de protección y de detección, en particular a África, donde se cree que la epidemia podría propagarse rápidamente.
La OMS acaba también de enviar a China una misión de especialistas encargada de trabajar con científicos y autoridades chinas.
Aún no se sabe si esta misión podrá viajar a Wuhan, epicentro de la enfermedad.
A fines de enero, la OMS calificó la epidemia de “urgencia de salud pública de alcance internacional”. Pero rehúsa de momento a hablar de “pandemia”, se cree que es porque el virus todavía no ha afectado a Sudamérica o África.
Sin embargo la inquietud internacional se reactivó con el caso de un hombre de negocios británico que contrajo el coronavirus en Singapur y lo transmitió a una decena de personas, lo que le valió el apodo de “superpropagador”.
De regreso al Reino Unido pasó varios días en una estación de esquí en los Alpes franceses, donde transmitió el coronavirus a varios británicos, incluido un niño de nueve años.
Cinco de ellos están hospitalizados en Francia y, un sexto, un hombre de 46 años, en la isla española de Mallorca.
“La detección de este pequeño número de casos podría ser la chispa que puede generar luego un gran incendio” se alarmó el lunes el director general de la OMS.
Hasta ahora, la mayoría de contaminaciones identificadas en el extranjero implicaba a personas que habían retornado de Wuhan.
(Con información de AFP)
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