Miles de médicos, enfermeros, y otros trabajadores de hospitales han votado este sábado a favor de una huelga que podría comenzar este mismo lunes con el fin de exigir el cierre de la frontera con la China continental para evitar el contagio del nuevo coronavirus originado en Wuhan y que ha matado ya a 249 personas.
La convocatoria parte de la Alianza de Trabajadores de la Autoridad de Hospitales, un sindicato prodemocrático, que plantea un calendario de movilizaciones en escalada de cinco días para forzar el cierre de la frontera, informa el diario ‘South China Morning Post’.
En concreto, de los 3.156 participantes en el proceso de votación, 3.123 votaron a favor de la moción 3.123 y solo 10 lo hicieron en contra. Hubo 23 abstenciones y ocho votos nulos.
La consejera de Sanidad de Hong Kong, Sophia Chan Siu Chee, ha manifestado poco antes de la votación su preocupación por una posible huelga e incluso ha llorado públicamente por ello. El presidente de la Autoridad de Hospitales, Henry Fan Hung Ling, también ha pedido al sindicato, formado en diciembre, que reevalúe sus decisión.
El sindicato pide además del cierre de las fronteras, el suministro garantizado de mascarillas, la suspensión de los servicios no urgentes, un incremento de las secciones de aislamiento en los hospitales y la garantía de no represalias para quien participe en la huelga.
"Si el Gobierno no satisface nuestro consejo, adoptaremos otras estrategias con profesionalidad y cumpliendo con la legislación laboral, que prevé huelgas, peticiones al Gobierno sobre epidemias y la recomendación de cerrar la frontera", ha indicado el sindicato.
Las autoridades chinas han confirmado la muerte de 259 personas como consecuencia de las neumonías causadas por el nuevo coronavirus y hay 11.791 afectados. Hasta 243 personas se han recuperado de la enfermedad, según la Comisión Nacional de Salud de China.
China, cada vez más aislada
El aislamiento en que el nuevo coronavirus sumió a China se acentuó todavía más este sábado, con Australia y Estados Unidos sumándose a la lista de países que impusieron vetos contra los viajeros procedentes del gigante asiático, donde la epidemia ya causó más de 250 muertos.
El virus ya ha alcanzado a más de una veintena de países. Además del nuevo caso en España, hay infectados en el Reino Unido, Rusia y Suecia, mientras que África y América del Sur parecían de momento exentas de la epidemia, que se cobró la vida de 259 personas en China.
También aumentó el número de personas infectadas en China, a 11.791, después de que el viernes se diagnosticaran 2.100 nuevos casos, anunció el sábado la Comisión Nacional de Salud.
Ante la gravedad de la situación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió el jueves declarar la epidemia “emergencia de salud pública de alcance internacional”.
Un buen número de países enviaron aviones a la zona en la que apareció el brote para repatriar a sus ciudadanos, otros optaron además por cerrar sus fronteras e imponer restricciones a la circulación.
Washington anunció medidas excepcionales para cerrar sus fronteras o para imponer la cuarentena a los viajeros procedentes de China, y sobre todo del epicentro de la epidemia, la ciudad de Wuhan (centro) y su provincia, Hubei; sean o no estadounidenses. A partir del domingo a las 22H00 GMT, las autoridades prohibirán la entrada a su territorio a todas las personas no estadounidenses que hayan estado en China en las últimas dos semanas, decretó el secretario de Salud Alex Azar. A los estadounidenses que hayan visitado Hubei en las dos semanas anteriores se les impondrá una cuarentena de hasta 14 días.
Por su parte, Australia anunció el sábado que prohibía entrar a su territorio a cualquier persona no residente procedente de China, una medida similar a las anunciadas por otros países como Italia, Singapur y Mongolia, y que causaron malestar en Pekín.
“No es necesario que cunda el pánico inútilmente, ni tomar medidas excesivas”, consideró el embajador de China en Ginebra, Xu Chen, que recalcó que la OMS tenía “plena confianza en China”. El gobierno chino apuntó directamente a Washington en sus críticas, al reprocharle que hubiera recomendado a sus ciudadanos no viajar al país asiático o abandonarlo a la mayor premura. “Las palabras y los actos de algunos responsables estadounidenses ni están fundadas en hechos ni son apropiadas”, señaló una portavoz de la diplomacia china, Hua Chunying.
Por su parte, la OMS advirtió que las restricciones a la circulación podrían ser contraproducentes durante una emergencia sanitaria, por el riesgo de que perturben la distribución de ayudas y de lastrar la economía de los países afectados.
La epidemia apareció en diciembre en un mercado de Wuhan, una metrópolis que, de facto, se encuentra en cuarentena desde el 23 de enero. Tanto la ciudad como su región, donde viven unos 56 millones de personas, están aisladas del mundo.
Los hospitales de la ciudad están desbordados. Tras el brote, se decidió construir un nuevo hospital con capacidad para 1.000 pacientes, que empezará a estar operativo el lunes.
En otras partes del país, el miedo al contagio se apoderó de los habitantes, recelosos de salir de sus casas y que, cuando salen, lo hacen con mascarilla. En la entrada de un gran parque de Beijing, prácticamente desierto, un guardia le tomaba la temperatura a los pocos viandantes con un termómetro electrónico. “Si usted supera los 37,3 ºC, le decretamos el aislamiento”, advertía.
Como medida preventiva, el grupo estadounidense de informática Apple anunció el sábado el cierre de todas sus tiendas en China hasta el 9 de febrero. Otras empresas como Toyota, Ikea, Starbucks, Tesla, McDonald’s y el gigante tecnológico Foxconn decidieron suspender de forma temporal su producción o cerrar sus tiendas en China.
Muchos ciudadanos criticaron a las autoridades por no haber informado antes sobre el virus y, el viernes, el máximo responsable político de Wuhan llegó a admitir que se “culpaba” por haber ordenado restricciones a los desplazamientos demasiado tarde. “Estoy lleno de culpa y de remordimiento”, confesó Ma Guoqiang, secretario local del Partido Comunista Chino (PCC).
Numerosos países como España, Francia, India, Alemania, Polonia, Canadá e Italia fletaron aviones a China para repatriar a sus ciudadanos, o previeron hacerlo.
El viernes llegaron a Francia, procedentes de Wuhan, los primeros 200 franceses repatriados, que debían pasar 14 días aislados en un complejo vacacional del sur del país. Un segundo avión procedente de Wuhan debía aterrizar el domingo, indicó la ministra francesa de Salud, Agnès Buzyn.
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