Las fuerzas estadounidenses en Afganistán recuperaron el martes los restos de dos de los tripulantes del avión de vigilancia Bombardier E-11A que se estrelló el día antes en la provincia de Ghanzi, en el este del país asiático.
En un comunicado, la misión estadounidense en Afganistán informó también de que en el lugar del accidente recuperaron “lo que se considera el registrador de datos de vuelo” de la aeronave, conocido como caja negra.
Los talibanes, un grupo insurgente que pelea contra el gobierno afgano apoyado por Washington, habían sido los primeros en tomar el lunes el control de la aeronave siniestrada, e incluso habían estado combatiendo con fuerzas de seguridad de Afganistán que intentaron arrebatárselo.
No estaba claro en qué momento afganos y estadounidenses habían finalmente capturado los restos del avión.
Las fuerzas estadounidenses reconocen sin embargo que los restos mortales de los dos tripulantes del avión “fueron tratados con dignidad y respeto” por los lugareños “de acuerdo a su cultura” y señala que, según la política del Departamento de Defensa de Estados Unidos, se reservan la identidad de los fallecidos hasta que les sea comunicada su muerte a los familiares.
No estaba claro si había más tripulantes dentro de la aeronave, que en su configuración suele llevar a dos pilotos y 6 tripulantes o pasajeros.
El portavoz de los talibanes y un periodista en el lugar habían reportado el lunes que se habían encontrado en total 6 cuerpos en el E-11A, aunque esto no pudo ser verificado.
Tras recuperar los dos cadáveres y la caja negra, las fuerzas estadounidenses destruyeron los restos de la aeronave, una avanzada unidad de comando móvil, vigilancia y comunicaciones, de acuerdo con el comunicado.
Asimismo subraya el documento que las causas del accidente están bajo investigación y reitera que “no hay indicios de que el accidente haya sido causado por fuego enemigo”, en referencia a la reivindicación que hicieron el lunes los talibanes, quienes se atribuyeron el derribo del avión.
La reivindicación de los talibanes llegó después de que las autoridades afganas aseguraran que el aparato siniestrado era un avión comercial de una aerolínea local, aunque esa hipótesis pronto fue perdiendo fuerza a medida que las compañías lo negaban al tiempo que llegaban imágenes del siniestro, que apuntaban a un aparato estadounidense, algo que finalmente fue confirmado por Estados Unidos.
Afganistán vive una cruenta guerra desde que en 2001 una coalición liderada por Estados Unidos derrocó del poder al régimen talibán, que desde entonces combate para volver a controlar el país, donde en la actualidad dominan amplios territorios.
Con información de EFE
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