“Odio la religión, (...) sólo hay odio en el Corán, el Islam es una mierda, y eso es lo que pienso. No soy racista, para nada”. Esa opinión en un video de la red social Instagram bastó para que la adolescente francesa de 16 años y oriunda de la ciudad de Isère, conocida como Mila, sufriera una condena social equiparable con la de un delincuente.
Una semana después del episodio, la polémica a su vez desató una campaña de solidaridad hacia la joven, que se reconoce como lesbiana y que solía subir sus videos con una bandera multicolor de fondo, bajo el lema #JeSuisMila (yo soy Mila).
“Recibí 200 mensajes de puro odio por minuto”, dijo Mila citada por el diario francés 20 Minutes, al describir el tono de la campaña de ciberacoso de la que fue objeto durante esta semana. Los mensajes homofóbicos, las amenazas de muerte, y hasta las amenazas de que sería violada se multiplicaron y la obligaron a abandonar la escuela.
Con todo, y aunque el caso ha obligado a actuar a la Justicia, el fiscal del departamento que intervino decidió abrir dos causas: una para identificar a los perpetradores por “amenazas de muerte”, y otro por “provocación al odio racial", a través de la cual se investigará a la adolescente por sus dichos en Instagram. Según la Justicia, en esta causa se deberá investigar si la frase de Mila se encuadra “o no bajo la figura de la libertad de expresión”.
La historia comenzó con un video publicado el 18 de enero en el que Mila entona una canción. Un usuario reaccionó y de forma insistente intentó seducirla hasta que ella, abiertamente lesbiana, lo rechazó. Entonces, el usuario le contestó acusándola de islamófoba y profiriéndole insultos homofóbicos. La reacción de la joven no se hizo esperar y en un nuevo video se dedicó a cuestionar al islam, a la que calificó como una “religión de odio” y “de mierda”.
Esta grabación se viralizó en varias redes sociales y, de acuerdo con medios franceses, se ha visto más de un millón de veces desde entonces. Inmediatamente, Mila se convirtió en el blanco de una ola de insultos y ataques de todo tipo. Además de las amenazas, varios usuarios revelaron la identidad de la joven, su dirección, y la de su escuela secundaria. “Alguien incluso llamó a mi escuela fingiendo ser mi padre”, dijo Mila al sitio Checknews.
En consecuencia, la joven se ausentó de clases esta semana, además de haber solicitado asistencia psicológica. “Estuvimos en contacto con la estudiante y sus padres para brindarles ayuda psicológica, tranquilizarlos y darles consejos. Quedaron atrapados en un fenómeno abrumador", explicó Justine Atlan, presidenta de la asociación E-childhood, dedicada a combatir el ciberacoso, a 20 Minutes.
Y agregó: “Todos los operadores han sido contactados para que se eliminen los videos y los contenidos ilegales, y para detener la propagación de rumores que perjudican a la niña, que solo tiene 16 años. Nuestro objetivo es detener la viralización de este asunto”.
Las reacciones esta semana ante la polémica han llegado desde los dos lados. Mientras hay usuarios que cuestionan a la joven bajo el hashtag #JeNeSuisPasMila, otros, por el contrario, la apoyan con la palabra clave #JeSuisMila. Es que el caso reabre el debate sobre la “blasfemia”, una noción que no existe en el derecho francés y que se discute regularmente, sobre todo, después de los atentados contra Charlie Hebdo en enero de 2015.
Incluso la líder ultraderechista francesa, Marine Le Pen, se ha hecho eco del debate, al compartir un mensaje en Twitter en apoyo a la adolescente comparándola con los humoristas de la publicación satírica. “Las palabras de esta joven son la descripción oral de las caricaturas de Charlie (Hebdó), ni más ni menos. Podemos encontrarlas vulgares, pero no podemos aceptar que, por eso, algunos la condenan a muerte en Francia en el siglo XXI ”, tuiteó Le Pen.
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