El Poder Judicial de Irán dijo este martes que el embajador británico en Teherán, Rob Macaire, debe ser expulsado por “injerir en los asuntos internos del país”, después de que el diplomático asistiera a un acto en Teherán que derivó en protestas contra el sistema.
Macaire fue brevemente detenido el pasado sábado y convocado al Ministerio de Exteriores un día después por participar “en una reunión ilegal”, según Teherán, algo que desde Londres rechazan y respondieron ayer convocando al embajador iraní.
El portavoz judicial, Gholamhosein Esmaili, subrayó que la Convención de Viena otorga inmunidad a los diplomáticos pero también establece que esas personas “están obligadas a respetar las leyes y regulaciones de los países anfitriones y a abstenerse de injerir en sus asuntos internos”.
“Según el derecho internacional, esa persona es una ‘persona non grata’. El pueblo (iraní) espera que sea expulsada y eso es también lo que exige el derecho internacional”, afirmó el portavoz, citado por la agencia Tasnim.
El embajador negó el pasado domingo haber participado en ninguna protesta y alegó que él acudió a un acto anunciado como una vigilia en honor a las 176 víctimas mortales del avión ucraniano derribado por error por las Fuerzas Armadas iraníes.
El ministro de Exteriores del Reino Unido, Dominic Raab, pidió ayer a Irán que exprese una “disculpa” por el arresto temporal de Macaire y exigió “garantías” de que no volverá a producirse un incidente similar.
Para mostrar su protesta, Exteriores convocó al embajador iraní en Londres, Hamid Baeidineyad, a quien informó de que consideran esa detención “una flagrante violación de la legislación internacional”.
Estas críticas, así como ciertos comentarios de las autoridades británicas sobre el asesinato por EE.UU. del general iraní Qasem Soleimaní y el posterior ataque de Irán a una base en Irak con presencia estadounidense, no han sentado bien en Teherán.
El Ministerio de Exteriores de Irán condenó ayer “la medida ilegal y no profesional del embajador británico y su asistencia sospechosa a una reunión en Teherán”.
“Es una injerencia flagrante en los asuntos internos de Irán y una violación de los principios de las relaciones diplomáticas que levanta sospechas de la participación del Reino Unido en la política fallida de Estados Unidos de máxima presión (contra Irán)”, denunció el comunicado.
Los ataques antes citados contra el general iraní y la base militar han aumentado la tensión entre Irán y EE.UU. y las autoridades iraníes ven con recelo la postura británica ante esta crisis.
(Con información de EFE)
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