El gobierno de Benjamin Netanyahu anunció el jueves que aprobó la liberación de dos prisioneros sirios “como un gesto diplomático y una demostración de buena voluntad” ante la devolución del cuerpo del soldado Zachary Baumel desde Siria, 30 años después de su muerte.
Entre los prisioneros que liberará Israel figura un hombre druso que se encuentra encarcelado en el país tras ser condenado por espiar en nombre de Siria.
Israel repatrió en abril pasado los restos del soldado Baumel, desaparecido en el año 1982 durante la Primera Guerra del Líbano. El episodio comenzó a cerrar un tema muy delicado del país que culmina con el anuncio del jueves, debido a que Baumel había estado desaparecido desde la batalla de Sultán Yacoub.
Antes de la repatriación del cuerpo, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu había dado un breve discurso televisado desde su oficina en Jerusalén el miércoles por la noche. “Es uno de los momentos más conmovedores de todos mis años al frente del país. Esta operación es el resultado de importantes esfuerzos diplomáticos de los que hablaremos algún día”.
Entonces, el premier confirmó que el cuerpo había sido hallado como parte de un trabajo conjunto entre el ejército ruso y el sirio, lo que había sido confirmado previamente por el presidente Vladimir Putin durante una reunión en Moscú con el propio Netanyahu.
“Nuestros militares junto con socios sirios encontraron el lugar de su entierro”, dijo Putin, refiriéndose a Baumel. “Estamos muy felices de que pueda recibir los honores militares correctos en su tierra natal”, precisó.
Durante la conferencia de prensa, Netanyahu agradeció a Putin y dijo que los soldados rusos habían “arriesgado sus vidas” para recuperar los restos, confirmando el papel clave que Moscú desempeñó en la búsqueda de Baumel y de otros dos soldados israelíes desaparecidos en la misma batalla.
Baumel había nacido en Estados Unidos y luego emigrado a Israel. Él y los otros dos soldados israelíes pelearon con las fuerzas sirias en aquella batalla de junio de 1982 librada en la aldea libanesa de Sultan Yacoub, cerca de la frontera con Siria. Los tres fueron catalogados como desaparecidos y presuntamente muertos desde entonces.
Tanto el Ejército israelí como Netanyahu se comprometieron a llevar a casa a cuatro soldados que aún faltan en acción, así como los restos de decenas de otros declarados muertos.
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