Los diarios de todo el mundo difundieron el martes la presunta propuesta de la premier finlandesa, Sanna Marin, para reducir la semana laboral a cuatro días y la jornada a seis horas, lo que daría un total de 24 horas por semana.
La iniciativa, que buscaba dar más tiempos a los ciudadanos para actividades sociales y de placer, fue desmentida por la vocera del gobierno nórdico, Paivi Anttikoski.
De acuerdo con Anttikoski, y a contramano de lo que publicaron medios en el Reino Unido, Estados Unidos, India, Pakistán, Rusia y Australia, Marin habría planteado la idea de que Finlandia algún día adopte una semana laboral de cuatro días o jornadas laborales de seis horas, no ambas, y que esto habría ocurrido meses antes de que la mujer de 34 años se convirtiera en el jefe de gobierno más joven del mundo en diciembre.
Marin “deslizó la idea brevemente durante un panel de debate en agosto pasado cuando ejercía el cargo de ministra de Transporte, y no ha habido ninguna actividad reciente” en el sentido de que esa iniciativa avance en el país, aclaró Anttikoski el martes.
Ni en la agenda del gobierno de coalición de cinco partidos que lidera Marin, ni en las reuniones pautadas de su gabinete se menciona una propuesta de cambio de horario laboral, dijo la portavoz.
Se cree que los informes inexactos surgieron de un artículo del 2 de enero publicado por New Europe online, un periódico de Bruselas que cubre principalmente asuntos de la Unión Europea. La historia de New Europe dice que Marin planteó el tema de una semana laboral de seis horas al día y cuatro días en el mes de agosto, pero que no ha dicho más nada sobre el asunto desde que se convirtió en primera ministra.
La periodista Zoi Didili, autora de esa noticia, explicó que el error surgió de la traducción desde el finlandés, que no distinguía que la propuesta de Marin era o una semana de cuatro días o bien la reducción a las seis horas.
Marin era vicepresidente del partido socialdemócrata gobernante de Finlandia y ministra de Transporte y Comunicaciones en el gabinete del entonces primer ministro Antti Rinne cuando los socialdemócratas celebraron una conferencia el 17 de agosto en la ciudad portuaria de Turku para conmemorar el 120 aniversario del partido.
Al igual que en otros países nórdicos, el movimiento socialdemócrata desempeñó un papel importante en la historia industrial de Finlandia, particularmente en la búsqueda de proteger los derechos de los trabajadores y regulaciones a las jornadas de trabajo.
Durante una mesa redonda, Marin presentó varias “utopías” que esperaba ver que se convirtieran en realidad para la nación de 5.5 millones de personas. Una de ellas era que los trabajadores algún día podrían tener semanas de trabajo de cuatro días o dedicarían un máximo diario de seis horas a sus trabajos.
“¿Es la jornada laboral de 8 horas la verdad definitiva? Creo que las personas merecen pasar más tiempo con sus familias y sus seres queridos, haciendo pasatiempos y actividades culturales. Este podría ser el siguiente paso en la vida laboral”, dijo Marin, de acuerdo con periódicos finlandeses.
Unos días más tarde, Marin respaldó su posición en Twitter, argumentando que las reducciones de horas de trabajo anteriores habían sido beneficiosas para los empleados.
“Debemos esforzarnos por aumentar la productividad del trabajo también en el futuro y asegurarnos de que el beneficiario de esto sea la persona común. La discusión sobre la reducción de las horas de trabajo debe permitirse”, tuiteó Marin. Y agregó: “Una semana laboral de cuatro días o una jornada laboral de seis horas con un salario suficiente puede ser una utopía hoy, pero puede convertirse en realidad en el futuro”.
Actualmente, en Finlandia se trabaja cinco días a la semana y ocho horas diarias. El país nórdico ya ha estado a la vanguardia en algunos de los asuntos relativos a la jornada de trabajo. En 1996, implementó el Pacto de Horas de Trabajo, que otorgó a los empleados el derecho a ajustar su jornada tres horas antes o tres horas después del horario estipulado, en coordinación con su empleador.
En diciembre, Marin se convirtió en la tercera primera ministra de Finlandia, y en la jefa de gobierno más joven del mundo. La ex ministra de Transporte tomó el mando de una coalición de cinco partidos, todos dirigidos por mujeres, cuatro de ellas menores de 35 años.
Frente al desarrollo de la robotización y la automatización de procesos, que avanzaron a un ritmo mucho más rápido que el aumento salarial, numerosas organizaciones laborales reclaman una reducción de la jornada. Un experimento publicado por la Harvard Business Review concluyó que disminuir la jornada laboral a 6 horas marca un aumento de la productividad, y así lo han demostrado algunas iniciativas por el mundo.
En agosto, Microsoft Japón cerró sus oficinas cada viernes, dando un día más de descanso semanal a sus 2.300 empleados locales. Según reportó la firma, la productividad aumentó 39,9% con respecto al mismo mes del año anterior, el consumo de electricidad se redujo un 23,3% y el de papel impreso un 58,7 por ciento. Además, el 92% de los empleados mostró su satisfacción por la semana de cuatro días.
A su vez, la empresa Perpetual Guardian, de Nueva Zelanda, probó durante dos meses la semana de cuatro días y reportó que los niveles de estrés disminuyeron un 7% entre sus 240 empleados, por un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal y una mayor concentración en la oficina.
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