El ministro de relaciones exteriores iraní, Javad Zarif, fue el primer funcionario del régimen teocrático en expresarse respecto de la muerte de su máximo líder militar, Qassem Soleimani, en el marco de un operativo ejecutado por los Estados Unidos.
En una publicación en sus redes sociales, Zarif calificó al hecho como un “acto de terrorismo internacional” y advirtió que “los Estados Unidos son responsables de las consecuencias de su aventura temeraria”. Además, aseguró que Soleimani era el militar “más efectivo en la lucha contra el ISIS, Al Nusrah, Al Qaeda y las demás” organizaciones terroristas.
Las declaraciones de Zarif siguieron a un comunicado de la Guardia Revolucionaria iraní, fuerza que lideraba Soleimani, que lo describió como un “mártir” que murió “después de una vida de servidumbre”. “Irán sabrá defenderse sobre sus enemigos y la sombra del general mártir siempre estará presente", agregó el comunicado.
Soleimani murió en la madrugada del viernes (hora local) en el marco de un bombardeo al convoy en el que se trasladaba junto a otras siete personas. Una de ellas era Abu Mehdi al Muhandis, el número dos de las milicias proiraníes que forman parte del Estado iraquí.
Aproximadamente tres horas después del ataque, el Pentágono confirmó que Estados Unidos ejecutó el bombardeo. El secretario de Defensa Mark Esper aseguró que Solemani estaba “desarrollando activamente planes para atacar tropas y diplomáticos estadounidenses”. Pocos minutos antes, el presidente Donald Trump había publicado en su cuenta de Twitter una foto de la bandera estadounidense.
El hecho tiene lugar en el marco de una creciente tensión entre Irán y Estados Unidos en Irak, y podría contribuir a su espiralización. El pasado martes, miles de milicianos del Hezbollah iraquí atacaron la embajada estadounidense en Bagdad, rompiendo su muro exterior al grito de “¡Muerte a Estados Unidos!”. El presidente Donald Trump acusó al régimen de Irán de haber estado detrás del ataque a la legación diplomática.
Dos días antes, Estados Unidos había bombardeado bases de combatientes proiraníes en retaliación por un ataque con misiles que causó la muerte de un contratista del ejército de ese país y dejó múltiples heridos.
Como consecuencia del asedio e incendio del martes, el secretario de Defensa norteamericano, Mark Esper, indicó que había “indicios de que se podrían estar planeando ataques adicionales”, y advirtió que Washington no descartaba “acciones preventivas”.
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