El primer ministro de Australia, Scott Morrison, fue increpado el jueves por algunos residentes de una localidad afectada por los graves incendios forestales que están arrasando Nueva Gales del Sur, uno de los cuales lo acusó de “dejar arder” el país.
Morrison visitó la localidad de Cobargo, en cuyas proximidades el martes murieron dos personas debido a uno de los incendios. Uno de ellos le dijo que debería “sentirse avergonzado” y lo acusó de “dejar el país arder”, según ha informado la cadena de televisión ABC, que ha captado a las imágenes de las quejas de los residentes.
“No me sorprende que la gente se sienta muy herida en estos momentos”, ha comentado Morrison a la cadena de televisión tras el incidente. “Por eso estoy aquí hoy, para estar aquí, para ver por mí mismo (la situación) y ofrecer el consuelo que pueda”, ha agregado.
“Entiendo los fuertes sentimientos que tiene la población, lo han perdido todo”, agregó Morrison, que dijo entender la “emoción” de los residentes.
Preguntado sobre si considera que su respuesta ante la crisis ha sido la adecuada, el primer ministro replicó que ahora es momento de mantener la calma. “Esto no tiene que ver con el primer ministro, los gobernadores, los alcaldes, la política, tiene que ver con la gente que necesita ayuda y los recursos en el terreno”, ha agregado. “Esa es la única cosa en la que tengo puesta mi atención”, ha acotado.
Estado de emergencia en Nueva Gales del Sur
Entretanto, la primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, declaró el estado de emergencia por los incendios forestales en este estado australiano, previendo un empeoramiento de las condiciones meteorológicas en los próximos días.
Berejiklian ha anunciado este jueves que el estado de emergencia comenzará el viernes a las 9.00 (hora local) y estará vigente al menos siete días.
El jefe del Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons, explicó que se espera que las condiciones meteorológicas empeoren el sábado avivando las llamas.
“Habrá auténticos desafíos y riesgos reales relacionados con las previsiones meteorológicas”, dijo, indicando que serán peor que las de Año Nuevo, cuando el fuego avanzó hasta acabar con la vida de siete personas y amenazar la de miles de vecinos de Nueva Gales del Sur.
El estado de emergencia implicará evacuaciones forzosas en lo que será “la mayor reubicación de gente que se ha visto en la región”, según destacó el ministro local de Transporte, Andrew Constance.
La evacuación se prevé compleja porque muchas carreteras permanecen cortadas por los incendios. “La gente debe tener paciencia”, pidió Constance. “Tendrán que dirigirse a las carreteras que están abiertas”, agregó.
Estado de desastre en Victoria
A su vez, el primer ministro de Victoria, Daniel Andrews, declaró por primera vez en la historia el estado de desastre en buena parte de la mitad oriental del estado, lo cual prevé “la evacuación formal de localidades y zonas”.
“Esta declaración es la primera vez que se usan estas competencias porque nos enfrentamos a un riesgo para la vida y las propiedades sin precedentes en los próximos días”, subrayó en rueda de prensa en Melbourne.
Andrews ha subrayado que “los incendios no tienen precedentes en su tamaño, su escala y el riesgo que plantean para numerosas personas”. Por ello, “si pueden marcharse deben hacerlo, si no lo hacen nosotros simplemente no podemos garantizar su seguridad”, ha advertido.
En este sentido, advirtió que quedarse podría hacer que “otras personas se pusieran en peligro para intentar protegerlos” además de que podrían quedar “aislados durante un largo periodo de tiempo” por la previsión de incendios para el fin de semana.
La ola de calor que recorre Australia desde su extremo occidental ha provocado numerosos incendios que han dejado al menos doce muertos y miles de personas atrapadas. La agencia meteorológica ha pronosticado fuertes vientos y altas temperaturas para los próximos días en la costa sur del país.
Con información de EuropaPress
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