La policía turca detuvo en las primeras horas de este jueves a siete personas, entre ellas cuatro pilotos, sospechosas de haber ayudado a Carlos Ghosn -ex CEO de la multinacional Renault-Nissan- a viajar a Líbano desde un aeropuerto de Estambul, donde aterrizó procedente de Japón, país en el que iba a ser juzgado por delitos de fraude y cumplía prisión domiciliaria desde hacía más de cuatro meses.
La huida de Ghosn de Japón -donde está acusado de malversaciones financieras y se encontraba bajo arresto domiciliario tras 130 días en prisión- ha significado un espectacular golpe de escena en este caso que involucra a uno de los más grandes magnates de la industria automotriz. Se sospecha que el ex director ejecutivo voló en un jet privado desde el aeropuerto de Kansai. De acuerdo a los registros oficiales, un avión de este tipo despegó el 29 de diciembre hacia las 23H00 hora local desde ese lugar con destino a Estambul, indicaron medios japoneses.
Confirmando las informaciones de la cadena pública japonesa NHK, una fuente contactada por la agencia frances AFP indicó que los abogados del magnate conservaban tres pasaportes (uno francés, uno libanés y uno brasileño), pero que Ghosn tenía consigo dos pasaportes franceses al momento de la cinematográfica fuga. Una autorización excepcional del tribunal le permitía tener uno de los dos documentos franceses en su poder, guardado celosamente en una caja de seguridad que estaba en su posesión pero cuya llave estaba en manos de sus abogados, explicó el informante.
Pero Ghosn no salió caminando de su cautiverio. Lo hizo “musicalmente”. De acuerdo a diversas versiones de medios europeos, el hombre con nacionalidad francesa, libanesa y brasileña, eludió a las autoridades oculto en una caja de contrabajo sacando rédito de su breve estatura. Un grupo comando contratado por su esposa fue el encargado de hacerse pasar por una orquesta que iba a ofrecer un concierto gregoriano. Ingresaron con sus instrumentos frente a la guardia de seguridad y luego de un largo rato se retiraron de la propiedad. En una de sus cajas estaba Ghosn. El equipo viajó más de seis horas por carretera hasta el Aeropuerto Internacional Kansai, donde tomó el vuelo privado que lo llevó hasta Estambul, cruzando por espacio aéreo ruso, de acuerdo al diario Auto Bild.
Este documento le servía como visado de corta duración en el archipiélago y necesitaba llevarlo en sus desplazamientos internos, según esta misma fuente. Esa fue una de las ventanas que aprovechó el ejecutivo para escapar del país. Las autoridades japonesas registraron la casa del ex magnate y recuperaron las imágenes de las cámaras de vigilancia. De esta forma podrán estudiar la ejecución del plan de escape y la posible existencia de cómplices.
Pero quien habría sido el cerebro de la fuga del hombre de 65 años habría sido nada menos que su esposa, Carole, y también la de algunos de sus hermanos. Cuando se reunió nuevamente con su marido en el Líbano, la mujer dijo que fue “el mejor regalo de la vida”. Beirut fue el lugar de crianza y educación de Ghosn, quien representa la imagen del éxito internacional en aquel país. Sin embargo, la administración local aclaró: “El gobierno libanés no tiene nada que ver con su escape. No tenemos idea acerca de las circunstancias de su partida”, dijo Salim Jreissati, ministro de Estado.
La idea central de Ghosn al elegir su destino podría guardar relación con ser juzgado bajo las leyes libanesas, donde se sentiría mucho más cómodo, de acuerdo a información recogida por The Wall Street Journal. El alto ejecutivo de la automotriz japonesa está acusado de delitos financieros, incluido el hecho de que Nissan no informe más de 80 millones de dólares en ingresos futuros planificados en los estados financieros de la compañía y de ordenar que el dinero de Nissan se gaste para su beneficio personal. Las fiestas de cumpleaños de Ghosn formaban parte del calendario corporativo.
Ghosn permanece en el Líbano junto con su esposa en su mansión familiar, que tiene un sistema de vigilancia. El hombre teme ser detenido nuevamente y regresado a Japón, dijo una de las personas familiarizadas con el caso y los movimientos del imputado.
Las autoridades japonesas resultaron humilladas. Se enteraron de la fuga del hombre luego de ver un informe en MTV Líbano, que dio cuenta de la historia. “No he huído de la justicia. He escapado de la injusticia y de la persecución política”, dijo Ghosn en un breve comunicado en el que informó sobre su nueva residencia en Beirut.
Fue arrestado por primera vez el 19 de noviembre de 2018, quedó en libertad bajo fianza el 6 marzo y nuevamente fue detenido el 4 de abril, todo ello para responder a las cuatro acusaciones de la fiscalía por presuntas irregularidades financieras. Sus movimientos en Tokio estaban restringidos, había cámaras frente a su domicilio y el único acceso a internet lo tenía que hacer en las oficinas de sus abogados. También tenía limitaciones para comunicarse con sus familiares.
Nacido en Brasil, el ejecutivo de 65 años hizo parte de su educación en el Líbano y se desarrolló profesionalmente en Francia. Sus triunfos corporativos los hizo en Renault y se convirtió en uno de los artífices de la alianza con Nissan, fraguada hace más de una década. Su huida del país fue una sorpresa -en apariencia- también para sus abogados, según reconoció en declaraciones a los periodistas el principal letrado de su equipo legal, Junichiro Hironaka.
“Tengo ganas de que se logre la inocencia, pero parece que él no estaba de acuerdo con la Justicia en Japón”, añadió el letrado. “Ha dejado tirado todo aquí, las cosas suyas están en su habitación (...). Si regresa trabajaremos juntos”, agregó Hironaka.
Por lo menos una de las causas a las que se enfrenta en Tokio conlleva una pena máxima de diez años de prisión, que se unirían a otras tres acusaciones, incluyendo compensaciones pactadas no declaradas y el uso de fondos de Nissan para beneficio propio. De momento, por el hecho de violar las condiciones de su libertad bajo fianza, Ghosn pierde la suma depositada para poder salir de la cárcel, unos 1.500 millones de yenes (12 millones de euros/13,8 millones de dólares).
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