China condenó a tres años de cárcel al científico que creo bebés genéticamente modificados

He Jiankui también fue condenado a pagar una multa de tres millones de yuanes, unos 384.000 euros. Cuando estalló el caso, el país asiático fue acusado de falta de supervisión

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En esta foto del 10 de octubre de 2018, He Jiankui se refleja en un panel de vidrio mientras trabaja en una computadora en un laboratorio en Shenzhen, en la provincia sureña china de Guangdong. (Foto AP / Mark Schiefelbein/archivo)
En esta foto del 10 de octubre de 2018, He Jiankui se refleja en un panel de vidrio mientras trabaja en una computadora en un laboratorio en Shenzhen, en la provincia sureña china de Guangdong. (Foto AP / Mark Schiefelbein/archivo)

El científico chino que el año pasado provocó una polémica mundial al traer al mundo a los primeros bebés genéticamente modificados fue condenado el lunes a tres años de prisión y a una fuerte multa.

El investigador He Jiankui anunció en noviembre de 2018 el nacimiento de unos gemelos con el ADN modificado para que pudieran resistir al virus del sida que había contraído el padre.

En una rueda de prensa unos días más tarde en Hong Kong dijo sentirse “orgulloso” del resultado de sus investigaciones. Pero el gobierno chino, acusado de laxismo, ordenó la suspensión de sus actividades y abrió una investigación policial contra él.

Este lunes el científico fue condenado por un tribunal de la ciudad de Shenzhen, donde había llevado a cabo sus investigaciones, por “haber realizado ilegalmente la manipulación genética de embriones con fines reproductivos”, indicó Xinhua.

Según la agencia oficial de prensa, nacieron un total de tres bebés genéticamente modificados.

Las autoridades chinas anunciaron en enero de 2019 que otra mujer estaba embarazada de un niño con el ADN modificado, además de las dos gemelas, pero el nacimiento de ese bebé no fue confirmado.

El investigador también fue condenado a pagar una multa de tres millones de yuanes (unos 384.000 euros).

Otras dos personas fueron condenadas pero Xinhua no precisó qué funciones desempeñaron. Se trata de Zhang Renli, condenado a dos años de prisión y a una multa de un millón de yuanes, y de Qin Jinzhou, a un año y medio de prisión condicional y de una multa de 500.000 yuanes.

Los dos pertenecían a “institutos médicos de la provincia de Guangdong”, según la agencia. El juicio fue a puerta cerrada porque es un caso que afecta a la “vida privada”, indicó Xinhua.

En esta fotografía del 10 de octubre de 2018, He Jiankui habla durante una entrevista en un laboratorio en la ciudad de Shenzhen, en la provincia de Guangdong en el sur de China. He dice que ayudó a crear los primeros bebés con edición genética en el mundo. (AP Foto/Mark Schiefelbein)
En esta fotografía del 10 de octubre de 2018, He Jiankui habla durante una entrevista en un laboratorio en la ciudad de Shenzhen, en la provincia de Guangdong en el sur de China. He dice que ayudó a crear los primeros bebés con edición genética en el mundo. (AP Foto/Mark Schiefelbein)

Cuando estalló el caso, China fue acusada de falta de supervisión. Entonces el país no tenía ninguna ley sobre esta cuestión, solo una reglamentación de 2003 que prohibía la manipulación genética de embriones pero no preveía ninguna pena para los infractores.

Una nueva reglamentación anunciada en febrero aplica multas de 100.000 yuanes por las manipulaciones genéticas.

He Jiankui, de 35 años, y los otros dos acusados fueron condenados por ejercicio ilegal de la medicina.

“El tribunal consideró que los tres acusados no obtuvieron calificaciones médicas y buscaban fama y lucro”, según Xinhua.

Ambos “violaron deliberadamente la reglamentación sobre la investigación científica y la gestión de la medicina”.

He Jiankui, formado en Stanford (Estados Unidos), explicó haber usado el sistema Crispr-Cas9, las llamadas “tijeras genéticas”, que permite sacar y sustituir las partes indeseables del genoma.

La simplicidad del sistema Crispr ha estimulado a muchos investigadores.

Pero al modificar el genoma el investigador chino provocó otras mutaciones que serán transmisibles a sus descendientes.

“La tecnología todavía no es segura”, dijo Kiran Musunuru, un profesor de genética de la universidad estadounidense de Pensilvania. Muchas veces las “tijeras” Crisp cortan otro gen que el inicialmente previsto. “Es fácil utilizarlas si no te importan las consecuencias”, según Musunuru.

Las dos gemelas, llamadas Lulu y Nana (seudónimos), siguen siendo anónimas y se desconoce su paradero.

(Con información de AFP)

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