El diseñador francés de origen italiano Emanuel Ungaro falleció este sábado en París a los 86 años, según confirmó este domingo su familia.
El creador, nacido el 13 de febrero de 1933 en Aix en Provence, en el sur de Francia, se instaló en 1956 en la capital francesa, donde se formó bajo las órdenes del español Cristóbal Balenciaga, y se retiró del mundo de la moda en 2004.
La familia indicó a los medios franceses que su salud hacía dos años que se había debilitado. Con Balenciaga se impregnó del rigor del oficio y apenas dos años después de ser su aprendiz pasó a dirigir el taller del español en Madrid. A su vuelta a París en 1961, se encargó como estilista de otra marca emblemática, Courrèges.
Su “maison” homónima nació en 1965 y consiguió muy pronto una clientela fiel: Liliane Bettencourt, heredera del imperio L’Oréal, o la ex primera dama estadounidense Jackie Onassis fueron algunas embajadoras de sus prendas. A ellas se sumaron actrices como las francesas Catherine Deneuve o Anouk Aimé.
En 1967, Ungaro se instaló en la Avenida Montaigne, en el corazón de la alta costura parisina. La feminidad de sus diseños, la pureza de sus siluetas y sus atrevidas mezclas de color definieron sus creaciones, que desde marzo de 2017 están en manos del italiano Marco Colagrossi. Por la historia de la firma han pasado también el italiano Giambattista Valli, el colombiano-estadounidense Esteban Cortázar o la española Estrella Archs.
Ungaro, que se describía a sí mismo como un “obsesivo sensual”, recibió en 1980 el premio “Dé d’or” a la mejor casa de alta costura. A lo largo de los años construyó un imperio de moda (perfumes, zapatos, gafas).
Ungaro, casado y padre de una hija, abandonó la alta costura en 2004, el mismo año en el que se retiró del negocio. Según anunció entonces el prestigioso estilista en un comunicado, esas colecciones no respondían en su opinión "a las expectativas de la mujer de hoy".
“Aunque haya dejado la casa, seguía siendo fuente de inspiración. Es una gran pérdida”, comentó una portavoz de la firma.
La firma sigue presente en el mercado con sus diseños de “prêt-à-porter” y accesorios tanto masculinos como femeninos, así como en el mundo de los perfumes, en el que se adentró en 1983 con el lanzamiento de Diva.
Bajo su nombre se ha lanzado también una amplia gama de mobiliario de líneas contemporáneas, de artículos decorativos como cojines y espejos y de complementos como jabones o fragancias para el hogar. Su emporio pasó a estar bajo el control del grupo italiano Ferragamo en 1966, que a su vez lo cedió al inversor estadounidense de origen paquistaní Asim Abdulá en noviembre de 2005.