La Fiscalía de República Checa reabrió el caso en torno a la muerte hace más de 70 años del ex ministro de Exteriores checoslovaco Jan Masaryk, que sigue siendo un misterio. El fiscal general, Michal Muravsky, resaltó que la decisión se debe al descubrimiento de una grabación de un policía que llegó el primero al lugar del suceso, tal y como ha recogido el diario local Pravo.
Masaryk, hijo del primer presidente elegido democráticamente de Checoslovaquia, Tomas Masaryk, era el único ministro electo que seguía en el Gobierno checoslovaco tras el Golpe de Praga de 1948. Su cuerpo fue hallado en la calle, bajo la ventana del baño de su vivienda, que se encontraba en un segundo piso. Antes del fin del régimen comunista en 1989, su muerte fue atribuida a un accidente o a un suicidio. Sin embargo, durante los años siguientes surgieron teorías que apuntaban a que el ex ministro de Exteriores había sido arrojado por la ventana, supuestamente siguiendo órdenes de las autoridades comunistas checoslovacas.
En la grabación, el agente Vilibald Hofmann pone en duda la versión oficial sobre lo sucedido y agrega que el cuerpo había sido manipulado y movido para que pareciera que su muerte no era sospechosa. El audio tiene unos 20 minutos y contiene recuerdos del ex policía que fue uno de los primeros en acudir al lugar. ”En la grabación él describe de manera profesional los acontecimientos que tuvieron lugar en la mañana del 10 de marzo de 1948. Habla también de la forma en que se hizo la autopsia del cuerpo de Masaryk”, detalla Radio Prague International.
Según el medio local, la grabación fue hecha en la casa de Jindřich Grulich, pariente del ex policía, quien estaba indignado. A sus familiares les dijo que lo habían interrogado en relación con el caso Masaryk y que insistieron en que su muerte se produjo a otra hora, lo que Hofman negaba. ”El doctor que vino entonces para ayudar a Jan Masaryk, al que encontramos tirado en el suelo, dijo que llevaba muerto ya entre cuatro y seis horas”, se lo escucha decir.
Según Hofman, en la fiscalía lo obligaron a firmar que tras la muerte de Masaryk no se encontraron en su hogar ningún documento u otros escritos, lo que no era cierto. Le enseñaron igualmente unas fotos de Masaryk después de muerto. Pero de acuerdo con el ex policía, esas fotos no eran las originales.“Me mostraron unas tomas en las que el cuerpo de Masaryk aparecía colocado de otra forma, o sea que las fotos habían sido arregladas posteriormente”.
Hofman apuntó que en esas fotografías faltaba también un pañuelo que él mismo había colocado junto a su cuerpo y en el que había depositado los huesos destrozados de los empeines de los pies de Masaryk que le había entregado el médico presente en el lugar.
El caso Jan Masaryk, detalló El Confidencial, es casi desconocido en Europa Occidental, pero fundamental en la Memoria Histórica checa y eslovaca. Algunos historiadores lo consideran la primera víctima oficial de la dictadura comunista.
Los investigadores Jan Špička y Martin Čermák explicaron al diario español que son numerosas las pruebas de un “allanamiento” en la residencia de Masaryk la noche de su muerte, y sobre todo las dificultades que ha supuesto para los investigadores la manipulación de los datos durante el régimen comunista por parte de la STB, la llamada ‘KGB checoslovaca’.
Un “suicidio” que cambió la historia
En marzo de 1948, Klement Gottwald ejecutó el llamado ‘Golpe de Febrero’, en el que fuerza la dimisión del presidentey la de todos los ministros no pertenecientes al Partido Comunista. Estos, de hecho, dimiten en bloque esperando forzar elecciones, pero lo único que hace Gottwald es sustituirlos por afines y empezar cambios que, en la práctica, finiquitan la democracia checoslovaca. Solo Masaryk, que se espera la jugada, resiste sin dimitir para intentar forzar elecciones desde dentro, detalló el Confidencial.
Špička, investigador del Centro de Investigación de Nuevas Tecnologías (NTC) de la Universidad de Bohemia Occidental, y su compañero Čermák, de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la misma, entrevistados por el periódico español, aseguraron que la muerte del ministro de Exteriores pudo no solo buscar su eliminación física tanto como la de “un testigo de lo que sea que ocurriese en el ministerio esa noche como de lo que estaba pasando en el gobierno checoslovaco en esos meses”.
Para Špička, la imagen pública y la personalidad de Masaryk le habrían permitido unir a las fuerzas democráticas en unas hipotéticas elecciones o cualquier tipo de manipulación y dificultar el control total del Estado por los comunistas de Gottwald: “Aunque eso nunca lo sabremos, solo podemos discutir y especular”.
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