Australia batió el récord del día más caluroso desde que hay registros por segundo día consecutivo, con una media nacional de 41,9 grados, un grado más que el día anterior, informaron fuentes oficiales este jueves.
La Agencia de Meteorología señaló que el miércoles ya se alcanzó un nuevo récord de temperatura al sobrepasar los 40,9 grados del martes, que superaron el récord anterior de 40,3 grados en enero de 2013.
Mientras continua la ola de calor, este jueves se vivió la temperatura más alta de diciembre jamás alcanzada en Australia cuando la localidad de Eucla llegó hasta los 49,8 grados. El último diciembre más caluroso se había registrado en Birdsville, en Queensland, centro, con 49,5 grados en 1972.
Esta ola de calor podría empeorar todavía más la grave situación provocada por los incendios forestales en todo el país.
El ascenso de las temperaturas es un signo de las consecuencias del cambio climático en Australia, donde los incendios, comunes en verano, empezaron este año de forma precoz y muy intensa.
En los últimos meses centenares de incendios forestales se declararon en todo el territorio, incluido un “superincendio” en el norte de Sídney, que provocó la muerte de seis personas y destruyó 700 casas, además de devorar al menos tres millones de hectáreas de tierra.
Estado de emergencia
Las autoridades australianas declararon este jueves el estado de emergencia durante siete días en el estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, después de que las temperaturas récord aumenten los incendios gigantescos.
La primera ministra de este estado del sudeste de la isla continente, Gladys Berejiklian, justificó la decisión por “condiciones meteorológicas catastróficas”. Es la segunda vez que se declara el estado de emergencia en Nueva Gales del Sur desde el comienzo de la temporada de incendios en septiembre.
Un centenar de fuegos forestales asolan Nueva Gales del Sur desde hace semanas, de los cuales la mitad siguen sin control, provocando nubes de humo tóxicas que alcanzaron Sídney.
Esto llevó a más de una veintena de organizaciones de médicos australianos a emitir el lunes un comunicado conjunto en el que se calificaba como una “emergencia sanitaria” la contaminación atmosférica en Nueva Gales del Sur y se llamaba al primer ministro, Scott Morrison, a afrontar el problema.
El mandatario también han sido objeto de las protestas de miles de ciudadanos que en las últimas semanas han reclamado al Gobierno del país, el mayor exportador de carbón del mundo, que adopte medidas para una transición urgente hacia las energías renovables y una estrategia nacional contra los incendios.
Morrison, criticado por querer usar los créditos de emisiones para cumplir con el objetivo de reducir las emisiones de gases contaminantes en 26-28 % en 2030 respecto a los niveles de 2005 acordado en París, ha irritado aun más a sus detractores al irse de vacaciones en plena oleada de incendios.
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