Un grupo de desconocidos intentó robar la tumba anónima del exjefe de las SS, Reinhard Heydrich. Un empleado del cementerio de los Inválidos ubicado en la capital alemana de Berlín, indicó que el hecho tuvo lugar el jueves y que la tumba había sido abierta pero las personas no lograron llevarse nada.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el ejército aliado ordenó que su tumba -como la de otros dirigentes del III Reich- se hiciera anónima para evitar que se convirtiera en lugar de peregrinación neonazi. Los autores habrían obtenido información sobre la localización de la tumba, según esas fuentes. No hay sospechosos en la investigación.
Heydrich fue uno de los artífices de la solución final, la iniciativa Nazi que tenía como objetivo exterminar a la colectividad judía. Presidió la conferencia de Wannsee, en 1942 en Berlín, en busca de “recursos y métodos para una solución final de la cuestión judía”.
En 1941 fue nombrado protector en funciones de las regiones de Bohemia y Moravia, la parte de la entonces Checoslovaquia anexada por los nazis en marzo de 1939. Sus brutales políticas de terror -entre las que se contaron ejecuciones y segregación racial basada en la posibilidad de las personas de ser o no germanizadas- le valieron el sobrenombre de “Carnicero de Praga”.
Heydrich murió en 1942 en Praga, como consecuencia del accionar de un grupo de combatientes checos entrenados por el gobierno británico: en medio le tendieron una emboscada e hicieron explotar una bomba en el auto en el que se trasladaba. El jerarca murió una semana después como consecuencia de la septicemia causada por las heridas.
Sus restos fueron repatriados a Berlín y Heydrich recibió a título póstumo la mayor condecoración del III Reich, antes de ser enterrado en este cementerio berlinés.
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