El primer ministro británico, Boris Johnson, no quiere perder tiempo: tras la aplastante victoria en las legislativas que le dio carta blanca para llevar a cabo el Brexit, el viernes someterá su acuerdo de divorcio al nuevo Parlamento, donde ahora cuenta con mayoría absoluta.
“Presentaremos un proyecto de ley que asegure que el Brexit esté listo antes de finales de enero. Reflejará los acuerdos alcanzados con la Unión Europea sobre nuestra salida del bloque”, declaró su portavoz el lunes.
No estaba claro, sin embargo, si los diputados votarán alguna fase de este proyecto de ley que debe traducir a la legislación británica el Tratado de Retirada negociado con Bruselas. Pero la aprobación final debería quedar para después del receso de fin de año, que comienza ese mismo día.
Las sucesivas versiones del acuerdo de divorcio entre Londres y Bruselas, primero negociado por Theresa May y después por Johnson cuando la reemplazó en julio como líder del Partido Conservador, fueron rechazadas una y otra vez por un Parlamento de Westminster fragmentado.
Así, el Brexit, decidido por 52% de votos en un referéndum en 2016 e inicialmente previsto para marzo de 2019, tuvo que ser aplazado tres veces, ahora hasta el 31 de enero.
Sin embargo, las legislativas del pasado jueves dieron a los conservadores su más amplia mayoría desde 1987: 365 diputados en una cámara de 650 escaños. Y la salida de la UE tiene ahora vía libre.
Tras ser el primero en felicitarlo el viernes, el presidente estadounidense Donald Trump habló con Johnson este lunes, de la “importancia de la relación entre el Reino Unido y Estados Unidos y su deseo de proseguir la estrecha cooperación en cuestiones como la seguridad y el comercio, incluida la negociación de un ambicioso acuerdo de libre comercio” tras el Brexit, informó Downing Street.
Ligera remodelación gubernamental
El Parlamento abrirá la sesión el jueves con el tradicional discurso de la reina. Pero antes, los nuevos diputados debían jurar sus cargos, entre martes y miércoles, además de confirmar a Lindsay Hoyle como nuevo presidente de la Cámara de los Comunes.
El tiempo apremia, por lo que se prevé que Johnson concentre sus energías en lograr la aprobación de la legislación sobre el Brexit, dejando para más adelante una gran remodelación gubernamental.
El lunes debía anunciar únicamente nuevos titulares en tres carteras: su anterior ministra de Cultura, Nicky Morgan, quien dimitió como diputada; el secretario de Estado de Medioambiente, Zac Goldsmith, quien perdió su escaño en las legislativas; y el ministro para Gales, Alun Cairns, quien tuvo que renunciar durante la campaña debido a un escándalo judicial.
El último discurso de la reina, en que la monarca lee con mucha pompa el programa legislativo del gobierno, tuvo lugar en octubre por lo que la ceremonia de esta semana será más reducida.
En él, el primer ministro de la indisciplinada cabellera rubia insistirá en su prioridad, el Brexit, que lo llevó al poder en julio y le ha valido ahora la reelección.
Fin de la austeridad
Pero también marcará el fin de una década de austeridad conservadora, instalada a raíz de la crisis financiera de 2008, y la promesa de Johnson de un importante gasto social destinado a satisfacer a los electores laboristas que esta vez votaron por la derecha, dándole una aplastante victoria.
Este debe incluir medidas para mejorar el deteriorado servicio público de sanidad gratuita, el NHS, al que los británicos tienen mucho apego y que se vio diezmado por los recortes de los últimos años.
Según una fuente de Downing Street, el ejecutivo tiene previsto anunciar un alza en el presupuesto del NHS de 33.9 millones de libras (45.3 millones de dólares).
Una vez que el país haya salido oficialmente de la UE, aunque nada cambie durante el periodo de transición previsto hasta diciembre de 2020, Londres y Bruselas emprenderán la negociación de su futura relación.
Johnson prometió cerrarla al final del próximo año, lo que según expertos y fuentes europeas es un “objetivo muy ambicioso”.
Con información de AFP
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