El gobierno de Estados Unidos expulsó en secreto a dos funcionarios de la embajada china en septiembre después de que trataran de ingresar a una base militar en Virginia, informó este domingo The New York Times.
El periódico, que citó a personas con conocimiento del episodio, dijo que sería la primera vez en más de 30 años que Washington expulsa a diplomáticos chinos bajo sospecha de espionaje.
Se cree que al menos uno de los diplomáticos era un oficial de inteligencia que operaba encubierto, señaló el New York Times.
El diario agregó que los diplomáticos, acompañados por sus esposas, condujeron hasta el punto de control en la entrada de una instalación sensible cerca de Norfolk, Virginia, que incluye fuerzas de operaciones especiales. La ciudad también alberga uno de los puertos más importantes de la Marina de Estados Unidos, sede principal de las flotas que operan en el Océano Atlántico, Mar Mediterráneo y Océano Índico.
El guardia vio que no tenían permiso para entrar y les indicó que dieran la vuelta y se fueran.
Pero los funcionarios chinos continuaron hacia la base, evadiendo al personal militar que los persiguió hasta que fueron obligados a detenerse por camiones de bomberos que bloquearon su camino, según el periódico.
Los funcionarios dijeron que no habían entendido las instrucciones del guardia y que se perdieron, agregó.
Las fuentes consultadas se mostraron escépticas sobre esta explicación y también sobre el hecho de los diplomáticos no tuvieran conocimientos de la lengua inglesa.
Aunque no estaba claro qué es lo que buscaban, se especula que su intención sera simplemente probar las medidas de seguridad empleadas en la base, para luego desplegar espías más capaces si el ingreso demostrara ser sencillo.
Semanas después del incidente, el Departamento de Estado impuso restricciones a las actividades de los diplomáticos chinos, en lo que se dijo fue una respuesta a las regulaciones chinas que limitaban los movimientos de diplomáticos estadounidenses.
Ni Washington ni Beijing quisieron en su momento hacer público el incidente, que se enmarca en un aumento de las actividades sospechas de funcionarios chinos en el territorio estadounidense en los últimos meses, según dijeron miembros de los servicios de inteligencia de Estados Unidos al New York Times.
Por ejemplo, se ha vuelto usual que diplomáticos chinos, que cuentan con pasaportes y un status legal especial dentro del país, se aparezcan sin anuncios previos en oficinas de gobierno o centros de investigación. De acuerdo a las nuevas restricciones impuestas en octubre, de ahora en más es necesario que notifiquen con anterioridad sobre cualquier visita o reunión entre oficiales de China y de Estados Unidos.
El episodio se enmarca en la creciente escalada de tensiones entre las potencias y dos primeras economías del mundo, que desde el 2018 están inmersas en una guerra comercial de alcance global.
La última vez que Estados Unidos había expulsado a diplomáticos chinos fue en 1987, cuando el gobierno del entonces presidente Ronald Reagan ordenó el retiro de dos funcionarios de ese país acusados de espionaje y detectados mediante el uso de un doble agente.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: