Vladimir Putin y Volodymyr Zelenski -jefes de estado ruso y ucraniano, respectivamente- anunciaron este lunes los resultados de su primera reunión para abordar el conflicto en el este de Ucrania.
La retirada ucraniana de tres zonas disputadas, un importante intercambio de prisioneros y una nueva cumbre en cuatro meses son los aspectos más destacados del encuentro, que contó con la mediación de Emmanuel Macron y Angela Merkel, los jefes de Estado de Francia y Alemania.
Luego de la mesa redonda -formato conocido como Normandia, debido al sitio donde la primer cumbre del estilo tuvo lugar- los dos jefes de Estado mantuvieron su primer reunión bilateral.
Todos los participantes ofrecieron una rueda de prensa conjunta para realizar los anuncios a los que se llegó durante la cumbre. Sin embargo, las declaraciones posteriores de los jefes de estado ilustraron un contraste entre las perspectivas que cada uno se llevó del encuentro.
Mientras que Putin declaró representó “un paso importante” en el objetivo de desescalar el conflicto militar en la región, que ya lleva más de cinco años, Zelenski lamentó que hubiera “muy pocos” resultados.
“Se abordaron muchas cuestiones y mis homólogos dicen que fue un muy buen resultado para una primera reunión. Pero seré honesto, fueron muy pocos resultados. Yo quería resolver un número mayor”, expresó Zelenski.
El intercambio de prisioneros fue anunciado por Zelenski. El presidente indicó que ambas partes “van a contribuir a la liberación mutua antes del 31 de diciembre de las personas detenidas según el principio ‘todos por todos’”.
Desde que asumió Zelenski, hubo un cierto alivio de las tensiones, al menos en este área: se produjo el intercambio de 70 prisioneros -entre ellos figuras muy simbólicas-, las tropas retrocedieron en tres pequeños sectores de la línea de frente y los barcos de guerra que habían sido interceptados por Rusia fueron devueltos.
Además, acordaron comenzar a trabajar en la retirada de tropas de zonas disputadas, proceso que debería completarse para marzo del 2020. Esa fecha también será clave debido a que es cuando los jefes de Estado acordaron un nuevo encuentro. “pedimos que nuestros ministros trabajen en los próximos cuatro meses [...] con vistas a organizar elecciones locales, con el objetivo de una nueva cumbre en cuatro meses”, ilustró al respecto Macron junto a sus homólogos.
La guerra entre Kiev y los separatistas prorrusos ha provocado más de 13.000 muertos en la cuenca de Donetsk, bastión industrial del este ucraniano, en más de cinco años.
Los combates se redujeron desde los acuerdos de Minsk en 2015. Pero 80.000 hombres siguen en la línea de frente, a lo largo de 500 kilómetros, y cada mes se producen víctimas mortales.
Occidente y Ucrania acusan a Moscú de financiar y de armar a los rebeldes, lo que Rusia niega, afirmando que desempeña un rol político-humanitario para proteger a las poblaciones locales de habla rusa.
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