Los principales candidatos a Primer Ministro británico protagonizaron el último debate previo a las elecciones, que tendrán lugar el próximo jueves 12 de diciembre. Y de acuerdo a una encuesta en tiempo real publicada por la consultora YouGov, el 52% de quienes vieron el debate consideraron que el actual Primer Ministro ganó el intercambio, mientras que el 48% restante se inclinó por el líder laborista.
Si las cifras pueden ser extrapoladas con precisión a la totalidad del electorado, Corbyn no habría logrado dar un golpe de timón en la recta final de una campaña en la que el líder “tory” parece confiado en la victoria y trata mantener el impulso para asegurarse una mayoría absoluta en los comicios del próximo jueves. De hecho, la mayoría de los sondeos predicen que el partido Conservador obtendrá su victoria más amplia desde 1987.
Como en el anterior debate con Corbyn, celebrado en los primeros días de campaña, Johnson trató de explotar la ambigüedad con la que el líder laborista aborda la salida de la Unión Europea (UE) y subrayar el mensaje de que él es el único candidato capaz de cerrar el proceso de salida de la UE a corto plazo.
Su estrategia apunta a obtener el apoyo de los ciudadanos que están hartos del Brexit, que, de acuerdo a distintos estudios sociológicos, no son pocos. Todos muestran un hartazgo por un proceso que se ha dilatado durante más de tres años y ha monopolizado el debate público en el Reino Unido de manera excluyente.
“Lo que la gente quiere es pasar página y que nos centremos en sus problemas, y eso es lo que podemos hacer inmediatamente”, recalcó primer ministro, cuyos planes pasan por ratificar en el Parlamento el acuerdo del “brexit” al que ha llegado con Bruselas y ejecutar la ruptura antes del 31 de enero.
Pese a haber aceptado participar del debate, Johnson ha sido criticado por rechazar someterse al interrogatorio del incisivo periodista de la BBC Andrew Neil, cuyo incómodo estilo para el entrevistado ha puesto en aprietos al resto de líderes políticos en las últimas semanas. Otro punto negativo para su campaña tuvo lugar la semana pasada cuando, luego de negarse a participar en un debate sobre cambio climático, fue reemplazado por una escultura de hielo con forma de planeta.
No obstante, el líder “tory” llega a la recta final de la campaña con las encuestas a favor y solo espera no cometer ningún traspié que pueda perjudicarle en un momento clave para sus opciones de obtener la mayoría absoluta que ansía para sacar adelante sus planes del “brexit”.
El politólogo británico John Curtice, uno de los expertos más reputados en pronósticos electorales en el Reino Unido, aventuró este viernes que los conservadores pueden obtener una mayoría de 50 escaños.
Con todo, el Partido Laborista ha ido avanzando terreno en las encuestas en las últimas semanas y confía todavía en volver a dar la sorpresa en la jornada electoral, como ya hizo en los comicios de 2017.
Como en aquella ocasión, Corbyn apuesta por aumentar el gasto en políticas sociales y nacionalizar empresas de servicios y de transporte. El laborista propone incrementar la inversión pública hasta niveles no vistos desde la década de 1970 en el país.
“Cuatro millones de niños viven en la pobreza, la gente no puede lograr horas de visita con su médico de cabecera, las personas mayores no cuentan con los cuidados que necesitan y millones de familias sufren para pagar las facturas”, esgrimió.
El líder laborista recalcó que su gobierno apostaría por “poner dinero en el bolsillo” de aquellos que lo necesitan, a costa de que las rentas más elevadas “paguen algo más en impuestos”.
Para tratar de contrarrestar el discurso social de los laboristas, Johnson también ha prometido aumentar el gasto.
En el debate de hoy, prometió “inversiones masivas en sanidad y educación”, así como nuevos planes para construir “fantásticas infraestructuras”.
Para invertir en servicios sociales, argumentó, el “único modo” es contar con una “economía sólida”, y para ello el Reino Unido debe “materializar el ‘brexit’ y pasar la página”, recalcó el primer ministro, que resaltó que “bajo ninguna circunstancia” negociaría la “venta” del sistema público de salud en un futuro acuerdo comercial con Estados Unidos, tal como le acusó Corbyn.
El laborista subrayó que si llega al despacho de Downing Street tratará de reabrir las negociaciones con Bruselas para alcanzar un nuevo acuerdo sobre los términos de salida de la UE y sometería un eventual pacto a un nuevo referéndum.
Con información de EFE
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