Los 29 miembros de la OTAN lograron este miércoles, tres décadas después del fin de la Guerra Fría, reafirmar una unidad debilitada por el cruce de reproches y el enfado de Donald Trump. “Siempre hemos sido capaces de superar diferencias y unirnos en torno a nuestras tareas principales”, se felicitó el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, tras la cumbre celebrada en Watford, al norte de la capital británica.
En efecto, la defensa colectiva que garantiza la OTAN prevaleció por encima de las diferencias de las últimas semanas entre los aliados: “Solidaridad, unidad y cohesión son los principios y piedra angular de nuestra Alianza (...). Un ataque contra un aliado será considerado como un ataque contra todos”, recalcaron los líderes en una declaración aprobada al término de la cumbre celebrada en Watford, al noroeste de Londres.
La cita se desarrolló en medio de las mayores divisiones entre los aliados desde la crisis por la nacionalización del canal de Suez en 1956 y la invasión estadounidense de Irak en 2003.
Abajo, los puntos más importantes de la cumbre:
La defensa mutua, base de la seguridad transatlántica
“Mientras permanezcamos juntos, nadie podrá esperar derrotarnos y nadie podrá empezar una guerra”, había advertido el primer ministro británico, Boris Johnson, al comienzo de una reunión de la que fue anfitrión.
El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, destacó que la reunión demostró “una vez más que la OTAN sigue siendo el único lugar en el que Europa y América del Norte hablan, deciden y actúan juntos cada día”.
Turquía puso en jaque la unidad con una reivindicación contra los kurdos
Con todo, la declaración común adoptada por los líderes no estaba garantizada hasta el final, según fuentes aliadas, ya que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había amenazado con bloquearla, al igual que su apoyo a los planes estratégicos para defender a los países del Este de Europa frente a Rusia, si la OTAN no respaldaba su consideración de los kurdos como terroristas.
Stoltenberg dijo que en la reunión no se abordó "específicamente" esa demanda turca, un asunto sobre el que "es bien sabido" que los aliados mantienen diferentes opiniones.
En cualquier caso, dijo que “lo importante es no poner en peligro la labor contra el terrorismo” que lleva a cabo la OTAN, por ejemplo al formar parte de la coalición internacional contra el grupo yihadista Estado Islámico.
Sí que reconoció que "muchos aliados" han expresado preocupación por la decisión de Turquía de comprar a Rusia un sistema antimisiles que es incompatible con el de la Alianza.
“Pese a las diferencias, estamos unidos en nuestra tarea central de defendernos unos a otros”, recalcó el político noruego.
La “muerte cerebral” decretada por Macron sirvió de revulsivo
El comentario del presidente francés, Emmanuel Macron, hace unas semanas de que la OTAN se encontraba en estado de “muerte cerebral” fue otro de los puntos que causaron fricción entre los aliados y que molestó abiertamente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que lo tildó de “desagradable” e irrespetuoso.
Macron el miércoles se reafirmó en sus declaraciones y consideró que han contribuido a la decisión de los aliados de encargar a Stoltenberg hacer propuestas con el apoyo de expertos para “reforzar más la dimensión política” de la OTAN.
El presidente galo pidió, en cualquier caso, contemplar un "diálogo fuerte" con Rusia al considerarlo fundamental para la seguridad y estabilidad de Europa.
Rusia y el control de armas
Los aliados también abordaron de forma extensa la relación con Rusia -país con el que la OTAN mantiene una doble vía de diálogo y disuasión- y el futuro del control armamentístico tras el fracaso del tratado de reducción de misiles nucleares de corto y medio alcance (INF) entre Moscú y Washington.
Stoltenberg recalcó que la OTAN responderá al despliegue ruso de nuevos misiles con capacidad nuclear en suelo europeo "de forma defensiva y coordinada".
Primer debate sobre China en la historia de la alianza
Los líderes aliados mantuvieron el miércoles por primera vez, a instancias principalmente de EEUU, un debate sobre la emergencia de China como potencia militar mundial y las oportunidades, pero también desafíos, que representa para su seguridad.
Coincidieron en la necesidad de animar a Pekín a participar en acuerdos de control armamentístico.
Igualmente, se comprometieron a garantizar la seguridad de sus infraestructuras de telecomunicaciones, incluidas las redes 5G, en plena polémica por el despliegue de esa tecnología que la empresa china Huawei está interesada en llevar a cabo en Europa pese a las dudas de algunos países sobre su vinculación con el Gobierno chino.
La petición de Trump de mayor inversión por parte de los aliados, en segundo plano
Las insistentes demandas de Trump de que los aliados europeos y Canadá inviertan más en defensa quedó en esta ocasión en segundo plano, aunque los líderes sí comentaron la necesidad de repartir más las cargas en la organización.
Stoltenberg aseguró que aún hay mucho por mejorar, pero recordó que la inversión militar ha aumentado por quinto año consecutivo y que, de hecho, los europeos y Canadá llevan acumulado un gasto en defensa de 130.000 millones de dólares (118.209 millones de euros) desde 2016, que se prevé que ascienda a 400.000 millones de dólares (363.720 millones de euros) para finales de 2024.
Respaldo al refuerzo de la disponibilidad de tropas
Los líderes también tomaron el miércoles resoluciones en el sentido de incrementar la disposición de sus fuerzas y declararon el espacio como el quinto ámbito operacional (junto a la tierra, el mar, el aire y el ciberespacio).
Los países hicieron sus respectivas contribuciones para cumplir con la llamada “iniciativa de disponibilidad” de la OTAN, consistente en que haya 30 batallones, 30 escuadrones aéreos y 30 buques de guerra listos para ser desplegados en un plazo de 30 días.
Además, acordaron un nuevo plan de acción para acelerar sus esfuerzos en la lucha antiterrorista, a la vez que reafirmaron su compromiso con las misiones en Afganistán e Irak para formar a sus fuerzas de seguridad.
Igualmente, decidieron reforzar la protección de sus infraestructuras energéticas, así como su respuesta ante tecnologías disruptivas y las amenazas híbridas.
El enojo de Trump
El presidente estadounidense fue uno de los protagonistas del encuentro cuando, enfadado por las aparentes burlas de varios dirigentes entre ellos el canadiense Justin Trudeau y el francés Emmanuel Macron durante una recepción de la reina Isabel II el martes, canceló su rueda de prensa final.
El inquilino de la Casa Blanca acusó a Trudeau de tener “dos caras” y, en un tuit, calificó de “broma” el informe presentado por sus rivales demócratas en el marco de la investigación en el Congreso de Estados Unidos con miras a su destitución.
Trump ya había expuesto, no obstante, sus mensajes para esta cumbre en largas comparecencias ante los medios el martes: las críticas de Macron a la OTAN son “insultantes” y todavía hay “muchos morosos” entre los aliados, que no gastan lo suficiente en defensa. Con todo, la tensión no alcanzó para opacar el acuerdo alcanzado por los 29 países.
Con información de EFE, AFP y EuropaPress
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