Un general de las Fuerzas Armadas de Irán advirtió el viernes que el arsenal de misiles balísticos de su país está apuntando contra 21 bases militares de Estados Unidos en Medio Oriente y listo para ser usado en “la más grande guerra contra el más grande enemigo”, según reportó el instituto MEMRI.
El general Allahnoor Noorollahi hizo estas afirmaciones en la ciudad de Busherh durante las conmemoraciones por los 40 años de la formación de la fuerza paramilitar Basij, discurso que fue televisado por la cadena Busherh TV.
Alí también aseguró que Irán tiene la capacidad de arrasar con las ciudades israelíes de Haifa y Tel Aviv, de acuerdo a la traducción del persa distribuida por el Instituto de Investigación sobre Medios en Medio Oriente (MEMRI), citada por The Times of Israel.
“Irán es la cuarta potencia misilística del mundo luego de Estados Unidos, Rusia y China”, se jactó Noorollahi, para luego asegurar que la misma OTAN había supuestamente advertido por la capacidad del régimen persa de lanzar 20.000 misiles al día.
“Desafortunadamente, algunos países del Golfo se han convertido en bases militares para nuestro enemigo. Debo decir, 21 de estas bases constituyen blancos para nuestros misiles. La OTAN misma anuncia que nuestras 110 bases de lanzamiento pueden disparar 20.000 misiles al día. Esto dicen nuestros enemigos, pero es sólo parte de nuestra capacidad”, explicó.
“Significa que podemos confrontar con el enemigo más grande”, agregó.
“Arabia Saudita y los países de la región no están a nuestro nivel pero tampoco son nuestros enemigos. Nuestro enemigo es el país que llegó a Kuwait y construyó seis grandes bases allí”, concluyó.
Las declaraciones de Noorollahi no son aisladas, y días atrás el comandante de la Guardia Revolucionaria, general Hossein Salami, había amenazado con destruir a Israel y los Estados Unidos. “Si cruzas la línea roja, te destruiremos”, señaló, de acuerdo al Times of Israel.
Mientras tanto, Irán se encuentra sufriendo una ola de protestas desde mediados de noviembre, cuando una importante alza en el precio del combustible motivó a los manifestantes a salir a las calles, agobiados por la ya apremiante situación económica marcada por alta inflación, alto desempleo y estancamiento producido por las sanciones internacionales.
Teherán rápidamente culpó a Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita de instigar a los manifestantes tanto dentro de las fronteras iraníes como también en el vecino Irak, donde las personas marchan desde hace un mes por razones similares y también a la presencia de milicias cercanas al régimen persa en ese país.
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