En Rusia, internet cuenta con una nueva legislación, que plantea redirigir el tráfico y los datos web rusos a través de puntos controlados por las autoridades estatales y construir un sistema nacional de nombres de dominios. El objetivo oficial: permitir que internet continúe funcionando incluso si Rusia no cuenta con acceso a la red extranjera.
Los autores de la ley han indicado que las medidas son “necesarias” para defender al país de las amenazas exteriores. El presidente ruso, Vladimir Putin, aclaró durante su programa televisivo anual “Línea directa” que “no se trata de ninguna restricción de internet” y afirmó que la ley busca únicamente “garantizar el funcionamiento seguro” de la red en el país.
Algunos especialistas no lo ven así. “Con esta ley se trata de reforzar el control estatal sobre internet”, explica a RFI Rachel Denber, subdirectora de Human Rights Watch (HRW) para Rusia, Europa y Asia Central. “Aunque los autores de la ley han dicho que el propósito de la norma es proteger la seguridad cibernética del país, hay otros medios para preservarla sin imponer un control autoritario”, recuerda Denber.
Los proveedores de internet en Rusia deberán instalar equipos especiales que el Gobierno les está proporcionando y que permitirán controlar todo el tráfico y enrutarlo. Se establece la creación de un sistema nacional de DNS (sistema de nombres de dominio) que almacene todos los nombres y las direcciones IP correspondientes. Las autoridades aseguran que los usuarios no notarán ningún cambio y tratan de disipar los temores, afirmando que la calidad de la conexión no empeorará y el segmento ruso seguirá siendo parte de la red global. Pero este verano desde la Unión Rusa de Industriales y Empresarios advirtieron de que algunas exigencias de la ley amenazan con reducir la velocidad del flujo de datos.
El centro de control y monitoreo de redes de comunicaciones de uso común por el controlador Roskomnadzor (Servicio Federal ruso para la Supervisión de las Telecomunicaciones y Medios de Comunicación), garantizará la disponibilidad de los servicios de telecomunicaciones en el país y coordinará el trabajo de los operadores en cualquier situación "extraordinaria". De hecho Roskomnadzor solo podrá bloquear páginas web sin aviso previo en caso de una "amenaza externa". El texto legal no introduce nuevos motivos para los bloqueos y no impedirá de manera automática el acceso a ninguna web.
Pero Rachel Denber es pesimista: “Ya hay una serie de leyes adoptadas en los últimos años que establecen motivos para bloquear el contenido sin consentimiento judicial, y esta ley hace que sea más fácil filtrar y bloquear contenidos”. “No establece nuevos motivos para bloquear [pero] mejora la tecnología para el bloqueo”, añade la responsable de HRW.
"La ley se alinea con la tendencia restrictiva que hemos estado observando en los últimos siete años", ha indicado a los medios rusos Sarkis Darbinyan, un miembro de Roskomsvoboda, un grupo que lucha contra la censura en internet.
Una de las principales quejas es que este sistema permite al gobierno bloquear contenido sin consentimiento judicial. “Si el ciudadano hace clic en un enlace bloqueado, se dará cuenta de que la información está bloqueada, pero probablemente no se le informará por qué”. Roskomnadzor mantiene una base de datos de sitios bloqueados y los usuarios “pueden buscar, repasándola, un sitio web bloqueado, pero no pueden ver la base de datos en sí”.
Según Denber, los primeros equipos ya se han instalado y probado en algunas áreas de la región de los Urales, aunque no está claro si se ha instalado en otras regiones. En los últimos años, las autoridades rusas han adoptado una serie de regulaciones que han reforzado su control sobre la sociedad y han otorgado más poderes al presidente ruso, Vladimir Putin. Por ejemplo, el gobierno de Rusia ya prohibió el servicio de mensajería instantánea Telegram. No obstante, el intento ha fallado y el servicio sigue siendo ampliamente utilizado.
“Estamos acostumbrados a no poder acceder a todas las webs que nos gustaría, y en mi caso me afecta el bloqueo a LinkedIn”, explica Tatiana, una profesional del sector bancario con años de experiencia en empresas de internet. “Creo que no notaremos nada pero poco a poco es cada vez más fácil topar con los límites del gobierno”, añade. Rusia bloqueó el acceso al sitio web de LinkedIn en 2016 después de que un tribunal encontrase a la empresa culpable de violar una ley que exige que las compañías que almacenen datos de los ciudadanos rusos tengan sus servidores en suelo ruso.
Rusia promulgó en 2017 una ley que prohíbe facilitar mediante recursos web el acceso a otras páginas de internet bloqueadas por las autoridades rusas. Con esto se proscriben los VPN para acceder desde otro lugar. Anna, ama de casa rusa, paga suscripciones a canales extranjeros y asegura que alguno ha dejado de funcionar: “Pagábamos además una suscripción para acceder virtualmente desde otro país, pero con tantas leyes nos han cortado las alas, aunque no la factura”.
La ley rusa también ha suscitado numerosas comparaciones con el llamado Gran Cortafuegos de China. Pero en Rusia los usuarios están acostumbrados a una libertad que, sin ser completa, es mucho más amplia que la china.
Por Xavier Colás
Publicado originalmente por RFI