El líder adjunto del grupo libanés Hezbollah, Naim Qassem, reconoció que la crisis abierta en el país ha afectado al entorno de esta poderosa organización, como al resto de confesiones del país.
“La crisis económica, que se ha extendido al sistema bancario, ha afectado al entorno chiita de Hezbollah como a cualquier ciudadano libanés de cualquier confesión”, apuntó.
Sin embargo, evitó atribuir esta situación a una victoria de “los responsables de esta crisis”.
El responsable de Hezbollah prosiguió la línea de sus declaraciones de este viernes, en las que ha acusó a EEUU de cometer una injerencia al obstaculizar, de manera encubierta, la creación de un nuevo gobierno en el país.
“La primera obstrucción en la formación del gobierno del Líbano procede de Estados Unidos, porque quiere un gobierno que se parezca a él mientras que queremos un gobierno que acorde con el pueblo libanés y sus necesidades”, declaró en comentarios recogidos por el portal de noticias nacional Naharnet.
Las protestas en Líbano arrancaron a principios de octubre en medio del deterioro de la crisis y después de una caída de la moneda local por primera vez en las últimas dos décadas. El descontento se arrastraba ya desde julio, cuando el Parlamento aprobó un presupuesto de austeridad para hacer frente al déficit.
Líbano hace frente a una gran deuda pública y problemas financieros debido a la ralentización del flujo de capitales necesario para financiar al Gobierno, lastrado además por el escaso crecimiento y una elevada tasa de desempleo, cercana al 30 por ciento.
(Con información de Europa Press)
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