El régimen persa aseguró que salió “victorioso” y unido de los violentos disturbios de los últimos días, según se felicitó este miércoles el presidente Hassan Rohani, refiriéndose a las violentas manifestaciones por el aumento del precio del combustible que dejaron decenas de muertos.
“Nuestro pueblo salió victorioso varias veces frente al complot de los enemigos y de nuevo ante los motines”, declaró el mandatario, mientras la televisión oficial difundía imágenes de movilizaciones favorables al gobierno.
“Los anarquistas que salieron a las calles eran poco numerosos” pero actuaban según “un complot urdido por las fuerzas reaccionarias de la región, los sionistas y los estadounidenses”, aseguró Rohani. Por ello, celebró: “No lograron éxito los que habían planeado crear inseguridad y que la gente saliera a las calles en oposición al sistema (teocrático del país)”.
Los disturbios empezaron el viernes, pocas horas después del anuncio del gobierno de una reforma del sistema de subvenciones a la gasolina, que deben beneficiar a los hogares más pobres pero a costa de un importante aumento del precio, en plena crisis económica.
Los manifestaciones se extendieron rápidamente a unas 40 localidades, incluyendo Teherán, con incendios y ataques contra gasolineras, comisarías, centros comerciales, mezquitas o edificios públicos.
Las autoridades locales confirmaron la muerte de cinco personas (cuatro miembros de las fuerzas de seguridad y un civil) pero el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU teme que “decenas” hayan perdido la vida. La ONG Amnistía Internacional estima que al menos 106 manifestantes murieron en 21 ciudades “según informaciones fidedignas”.
La situación sigue siendo difícil de evaluar a causa de un corte casi total de internet en el país desde hace cuatro días.
Pese a que las autoridades afirman que han ganado esta batalla, el centro de la capital sigue tomado en esta jornada en ciertas zonas por una legión de efectivos antidisturbios. Más grave es la situación en la localidad de Shahriar, en el oeste de la provincia de Teherán, donde prácticamente todas las sucursales bancarias e incluso el ayuntamiento han sufrido ataques.
El rey Salmán de Arabia Saudita pidió el miércoles a Irán, el gran rival regional de Riad, que renuncie a su “ideología expansionista y destructora” que daña “a su propio pueblo”.
El martes el guía supremo iraní, Ali Khamenei, afirmó que los iraníes “rechazaron al enemigo en la guerra política”. “Las acciones recientes eran una problema de seguridad, no del pueblo”, añadió el ayatollah.
Irán, un país petrolero miembro de la OPEP, vive una grave crisis económica alimentada por la salida unilateral de Estados Unidos en 2018 del acuerdo sobre el programa nuclear iraní y el restablecimiento de graves sanciones.
El martes en Ginebra, el portavoz del Alto Comisionado de la ONU de los Derechos Humanos, Rupert Colville, dijo estar “particularmente alarmado por el uso de munición real", por lo que mencionó que posiblemente hay “decenas” de muertes y habló de “más de mil arrestos”. Amnistía teme que el balance sea de hasta 200 muertos.
A pesar de las tensiones entre Estados Unidos e Irán, la Marina estadounidense anunció que el portaaviones Abraham Lincoln cruzó este martes sin problemas el estrecho de Ormuz por primera vez desde el 20 de junio, cuando Irán destruyó un dron estadounidense en esta zona.
(Con información de AFP y EFE)
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