De París a Berlín, pasando por Moscú, Melbourne, Nueva York, Estocolmo o Mumbai, el techo del metro se ha convertido en un verdadero patio de recreo, informa la revista M del diario francés Le Monde.
La adrenalina domina
Los que practican el subway surfing, subidos a los techos de las líneas de metro al aire libre, se hacen llamar Ikarus, Feito o Mister Puma. Más allá de tener un ángulo de vista espectacular, por ejemplo de la Torre Eiffel desde la línea 6 de París, se trata de adrenalina. Para el alemán Ikarus, entrevistado por M, si bien al principio uno está “paralizado”, rápidamente “la concentración es tal que el miedo se borra y la adrenalina domina”.
Ikarus explica que es “un deporte de calle” y compara sus efectos a los de una droga dura. Empezó como una obsesión: “Antes, hacía subway surfing para ir al liceo, ver a un amigo o comprar hierba. Ahora, sólo lo hago si me trae una sensación nueva”. Para él, “no hay lugar más bello en la Tierra para hacer subway surfing” que frente a la Torre Eiffel. Una suerte de Everest.
El grafitero francés Feito empezó a hacer surf en los techos del metro porque “estaba deprimido, necesitaba sentir algo intenso”. Y funcionó: “Lanzado encima del Sena, era como estar en el océano, con la Torre Eiffel delante de mí. ¡Me hizo el mismo efecto que una atracción de Disneylandia!”, enfatiza el joven.
Mister Puma, de 43 años, empezó el subway surfing en 2008. Lo practica cuando está mal de ánimo. “Es mi terapia”, dice. Su video “Metro Jump” en el que se lo ve en la línea 2 de París, entre las estaciones Anvers y Barbès, fue comentado por la prensa francesa. Se lo ve hacer una voltereta hacia atrás.
Las imágenes de estas hazañas invaden las redes sociales como Instagram o YouTube. Un subway surfista siempre está acompañado de algún amigo que lleva la cámara. Este tipo de imágenes ya se vieron en películas como Pánico en la ciudad, con Jean-Paul Belmondo. Las escenas de pelea o persecución en los techos de los trenes son clásicas en la historia del cine, desde los James Bond Octopussy y Skyfall hasta Spider-Man 2.
Accidentes mortales
La moda comenzó a principios de los años 90 en Alemania. Pero en ese momento, los jóvenes ansiosos de aventura abrían las puertas de los trenes en movimiento y se abalanzaban en el vacío, agarrados de una manija. Después de varios accidentes, la práctica fue un tanto abandonada, antes de reaparecer a finales de la década del 2000.
Desde 2015, se han registrado tres accidentes mortales en París, y en enero de 2019 un adolescente resultó gravemente herido al caerse del techo de un vagón. La RATP, que gestiona la red de metro de la capital francesa, asegura que está muy atenta a esta “práctica ilegal” (un surfista puede ser condenado a un año de prisión y una multa de 15.000 euros), que si bien hoy en día es algo marginal, podría desarrollarse “debido a su fuerte visibilidad en las redes sociales”.
A pesar de las múltiples advertencias y de una campaña de prevención (#stoptrainsurfing), esta actividad no desaparece. En julio y agosto, la RATP cerró una serie de estaciones en la línea 6 para renovar sus viaductos y realzar las grillas puntiagudas en lugares donde los surfistas pasan para subirse a los metros.
Publicado originalmente por RFI