La canciller de Alemania, Angela Merkel, ha recordado este sábado, trigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, que “los Derechos Humanos no se pueden dar por sentado” en la celebración de una fecha que recuerda “momentos felices e infelices”.
Merkel ha enlazado este 9 de noviembre con otro aniversario, de la tragedia de la Noche de los Cristales Rotos, la ola de asesinatos lanzada por Adolf Hitler en 1938, otro recordatorio de que “hay que levantar la voz contra el racismo y el antisemitismo”.
El director de la Fundación del Muro, Axel Klausmaier, recordó durante la ceremonia, a matacaballo entre la Puerta de Brandeburgo y la calle Bernauer, icono de la caída, que “la revolución pacífica significa ante todo asumir responsabilidad, vivir la tolerancia, respetar y defender la democracia y los derechos humanos y llenar de vida el sueño de una Europa unida”.
Bernauer es considerada como un símbolo de la división de Alemania. Cuando se levantó el muro en 1961, las fachadas de las viviendas quedaron en el este y la acera en el sector oeste de la ciudad.
Merkel tenía previsto asistir a un servicio religioso en la capilla de la reconciliación, mientras que el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, se dirigió posteriormente al monumento de los cuatro estados de Visegrado, organización gubernamental que reúne a Eslovaquia, la República Checa, Polonia y Hungría.
Allí, el presidente agradeció a los mandatarios Zuzana Caputova (Eslovaquia), Milos Zeman (República Checa), Andrzej Duda (Polonia) y Janos Ader (Hungría) la importante contribución de sus respectivos países a la reunificación alemana.
“Sin el coraje y el deseo de libertad de los polacos, húngaros, checos y eslovacos, las revoluciones pacíficas en Europa del Este y la unidad alemana no habrían sido posibles”, subrayó Steinmeier.
(Con información de Europa Press)
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