España cuenta las horas para el anuncio de unas nuevas elecciones. La incapacidad de alcanzar un acuerdo de gobierno entre el presidente en funciones, el socialista Pedro Sánchez, y el líder de la formación de izquierdas Unidas Podemos, Pablo Iglesias, podría abocar al país a volver a las urnas el 10 de noviembre por cuarta vez en los últimos cuatro años.
El PSOE sería una vez más el vencedor en las urnas en ese hipotético escenario, según las encuestas y la opinión de los expertos consultados por este medio. Sin embargo, ¿serviría esa victoria para desbloquear la situación actual?
"Para contestar a esa pregunta tenemos que acudir al precedente de 2016, cuando se produjo la primera repetición de elecciones en España. El único partido que subió entonces ligeramente fue el conservador Partido Popular (PP), el resto se mantuvo punto arriba punto abajo. Aunque fue significativo el descenso de la participación en el voto, la necesidad de establecer pactos continuó exactamente igual", dice a Infobae la experta en comunicación política Verónica Fumanal.
Si la experiencia reciente demuestra que nada cambió, ¿por qué el socialista Sánchez no evita por todos los medios volver a elecciones? "Quizá la estrategia de repetición electoral no cambie significativamente los números pero puede ser una herramienta de presión al PP para que haga lo mismo que el PSOE en 2016, es decir, que apoye a la fuerza más votada o al menos se abstenga para desbloquear la parálisis", prosigue Fumanal.
Ese escenario sería una sorpresa pues desde el renovado Partido Popular liderado por Pablo Casado han tildado a Sánchez de ser un peligro para el futuro de España , calificándolo públicamente como "traidor", "felón", "ilegítimo" y "mentiroso compulsivo".
Por otro flanco del arco político de la derecha, el del partido Ciudadanos, tampoco parece posible a estas alturas un apoyo que permita a los socialistas no tener que depender de la extrema izquierda de Podemos en unas próximas elecciones. Su líder Albert Rivera ha llamado "indecente" (entre otros descalificativos) a Sánchez por dialogar con las fuerzas independentistas en Cataluña y la dirección del partido se niega a facilitar un gobierno del PSOE.
Salvo un giro de guión todo parece conducir a un regreso al mismo punto en el que España está ahora mismo: la necesidad de un pacto entre PSOE y Podemos. Una opción que se ha demostrado compleja. "Sánchez quiere evitar a toda costa que suceda lo mismo que en Italia con Matteo Salvini y un ministro ajeno a su formación sabotee desde dentro de su gobierno decisiones de importancia nacional", opina Fumanal.
Esa falta de confianza entre ambos líderes, expresada abiertamente por Sánchez en los medios, es el dique que bloquea el gobierno.
Para comprender el escenario actual hay que analizar los cambios que ha experimentado recientemente la sociedad española. "La aparición de nuevos partidos políticos desde todas las corrientes, incluida la extrema derecha de VOX, ha fragmentado el voto como nunca antes en España", apunta a Infobae Juan Rodríguez Teruel, profesor de ciencia política en la Universidad de Valencia y editor del medio Agenda Pública.
Antes del fin del bipartidismo, unos pocos años atrás en España, cuando PSOE y PP aglutinaban el 70% del electorado, ambos apenas necesitaban alcanzar acuerdos puntuales para llegar al poder, en la mayoría de las veces junto a fuerzas regionalistas con escaso peso a nivel nacional.
Rodríguez Teruel cree que la inédita situación política que atraviesa España es también producto del conflicto independentista en Cataluña. "Las fuerzas nacionalistas de esa comunidad, que históricamente habían pactado con los partidos tradicionales españoles para formar gobierno y desbloquear situaciones como la que hoy vivimos, han perdido influencia a nivel nacional".
Para este analista, si finalmente se celebran elecciones jugarán un papel clave tanto el voto útil del electorado -que podría favorecer a PP y PSOE en detrimento de VOX y Podemos, respectivamente- como el que surja a partir del descontento.
"El votante de centro de Ciudadanos, que quizá no es mayoritario pero aún existe, puede estar molesto de que su partido haya bloqueado la formación de un gobierno que hubiera dejado fuera a los independentistas. Si esa masa apoya a los socialistas podría generar un cambio que ahora mismo las encuestas no han detectado", dice.
Los datos estimados de voto que se conocen por el momento -el PSOE fluctúa entre un 29.7% y un 33.4% mientras que el PP, que sería la segunda fuerza más votada, oscila entre el 11.6% y el 19.5%- confirman que el electorado no piensa castigar a Pedro Sánchez por no haber logrado formar gobierno, pese a que la ciudadanía española ha manifestado un rechazo mayoritario a la repetición de elecciones.
"Hay una razón que explica esa aparente paradoja: la ideología es lo más importante. El ciudadano español valora la calidad de gestión de sus políticos pero en su decisión de voto pesan más sus creencias. La alternativa de que gobiernen tus rivales ideológicos siempre será peor, un pensamiento que se adapta bien a la lógica actual de división en bloques de la política", razona para Infobae el sociólogo Jorge Galindo, editor del grupo de análisis Politikon.
Galindo cree que Podemos tiene más que perder que el PSOE frente a unas nuevas elecciones. E introduce un posible giro de guion. "Si yo fuese Iglesias le haría una advertencia a Sánchez: en 2016 la izquierda se desmovilizó tras la repetición de elecciones, no hay nada que nos haga pensar que ahora no va a pasar lo mismo. Si la derecha que suman PP, Ciudadanos y VOX decide unirse, podrían arrebatarles el gobierno".
Igual que el resto de voces consultadas, insiste en que todavía hay espacio para un acuerdo in extremis que evite la convocatoria de unas nuevas elecciones. "La situación es impredecible porque se ha convertido en una lucha de egos entre líderes políticos, los de Sánchez e Iglesias en primer plano, pero también los de Casado, Rivera y Santiago Abascal de Vox".
El plazo más acuciante es este martes 17 de septiembre, cuando el Rey Felipe VI desde su cargo como jefe de Estado culmine una ronda de consultas con las distintas fuerzas políticas para comprobar si es posible la formación de gobierno o si decide disolver las Cortes para la celebración de unas nuevas elecciones. En el imprevisible clima político que atraviesa España todo parece posible.