Tal como se preveía, el régimen de Irán anunció este miércoles una nueva violación al acuerdo nuclear, a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional de buscar una alternativa a las sanciones de Estados Unidos.
El presidente persa, Hassan Rohani, realizó el anuncio en la televisión estatal, luego de haber puesto como condición un crédito de 15.000 millones de dólares para la República Islámica.
El tercer paso del régimen incluirá el desarrollo de las centrífugas para enriquecer uranio, que comenzará este viernes: "Tomaremos todas las medidas necesarias para proteger los derechos e intereses de la nación iraní".
"La organización de energía nuclear (iraní) tiene órdenes de adoptar todas las medidas necesarias en materia de investigación y desarrollo, y de abandonar todos los compromisos actuales en este campo", aclaró.
El propio Rohani había advertido que Teherán, casi con seguridad, se inclinaría por esta nueva violación, ya que no veía viable un acuerdo con las potencias europeas.
El mandatario se refería así las palabras del viceministro de Relaciones Exteriores iraní, Abas Araghchi, quien había indicado poco antes que su país estaba dispuesto a volver a una aplicación total del acuerdo sobre el programa nuclear a cambio de una línea de crédito de unos 15.000 millones de dólares
Pero Rohani mostró sus dudas y habló de un "tercer paso", en referencia al desmantelamiento escalonado de los compromisos que el país aceptó en el acuerdo nuclear de 2015 para limitar su programa atómico.
En los últimos meses pasados Teherán primero superó su stock permitido de 300 kilogramos de uranio enriquecido, y luego comenzó a enriquecer a valores por encima del 3,67% de uranio-235.
Tras años de negociaciones y tensas escaladas, en el 2015 Irán firmó un acuerdo nuclear (el denominado JCPOA, por sus siglas en inglés) con Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, China y Rusia. Entró en vigor en 2016.
El pacto impone una serie de límites al programa nuclear persa para asegurar un uso exclusivamente civil y evitar el acceso a una bomba atómica. Además, establece un sistema de control y monitoreo del complejo nuclear iraní a cargo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
A cambio, Irán se beneficiaba del levantamiento de las sanciones internacionales que presionaron a su economía durante buena parte de la década del 2000 y 2010.
Sin embargo, en el 2018 el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el retiro de su país del acuerdo firmado por su predecesor, Barack Obama, argumentando que el pacto había sido demasiado beneficioso para Teherán y que no había incluido limitaciones a la política exterior persa en Medio Oriente, donde apoya a diferentes gobiernos y milicias chiitas.
Poco después Estados Unidos restableció las sanciones económicas contra Irán, las más potentes del paquete internacional de medidas coercitivas, lo que ha vuelto a generar una enorme presión sobre el país.
Aunque el pacto sigue vigente entre Irán y Reino Unido, Francia, Alemania, China y Rusia, Teherán argumenta que tras la salida de Estados Unidos ha quedado obsoleto y amenaza con retirarse también y volver a dar rienda suelta a su programa nuclear, salvo que los restantes firmantes, especialmente los europeos, consigan aliviar la presión económica de las sanciones.