Es la ciudad más grande de Java, la isla más poblada del mundo. Duermen en ella 9,6 millones de personas, pero durante el día hay muchas más, ya que son 30 millones las que viven en su área metropolitana.
Yakarta tiene los mismos problemas que muchas otras megalópolis del tercer mundo. Niveles de tránsito que hacen casi imposible circular en auto por ciertos lugares, una infraestructura precaria e incapaz de satisfacer demandas básicas de los habitantes, un grave déficit habitacional para gran parte de la población y una contaminación en aumento.
Pero además de todo eso le sucede algo peor: se está hundiendo, y a gran velocidad. Fueron dos metros y medio en los últimos diez años y el proceso continúa a un promedio de entre 1 y 15 centímetros anuales. Casi la mitad de la ciudad está bajo el nivel del mar y los hidrólogos estiman que un tercio quedará literalmente cubierto por el agua en 2050.
"La carga que Yakarta está soportando en estos momentos es demasiado pesada como centro del gobierno, de los negocios, las finanzas, el comercio y los servicios", dijo este lunes el presidente Joko Widodo en un discurso que siguió todo el país.
Fue el anuncio oficial de la puesta en marcha de un proyecto que Indonesia discute desde hace décadas: mudar la capital de Yakarta a una nueva ciudad, construida desde cero. Si bien la iniciativa tiene que ser aprobada por el Parlamento, se descuenta que no será un obstáculo.
No es mucho lo que se sabe de la futura urbe. Widodo confirmó que la construcción comenzará a fines del año que viene en el sudeste de Kalimantan, la parte indonesia de la isla de Borneo, compartida con Malasia y Brunéi. No dio la ubicación específica, pero anticipó que será cerca de las ciudades de Balikpapan y Samarinda.
"Las razones que el presidente Jokowi da para trasladar la capital parecen sencillas. Los mares están subiendo y el suelo se está hundiendo debajo de una de las poblaciones metropolitanas más grandes del mundo. Pero aunque hace hincapié en lo pragmático, los diseños preliminares demuestran que ve una oportunidad para renovar el orgullo nacional. Otras naciones como Malasia, Myanmar y Corea del Norte han utilizado la construcción de nuevas capitales desde los 90. Al proyectar una poderosa iconografía de la identidad hacia el exterior, estos gobiernos usaron la arquitectura para reconstruir las normas de la ciudadanía ideal", explicó el historiador arquitectónico y urbanístico Robert Cowherd, profesor del Wentworth Institute of Technology, consultado por Infobae.
La obra está presupuestada en casi 33.000 millones de dólares y contará con financiamiento público y privado. El Gobierno promete que la nueva ciudad será "verde e inteligente", con un impacto ambiental positivo, algo que muchos analistas ponen en duda. La expectativa es empezar en 2024 con la mudanza del millón y medio de empleados públicos y funcionarios de la administración central.
Más allá de sus circunstancias particulares, Indonesia no es el primer país que decide trasladar la capital de su principal metrópolis para construir una desde los cimientos. Le convendría mirar esas experiencias para evitar errores y tener expectativas realistas sobre lo que puede conseguir.
Una ciudad colapsada y hundida
"Hay múltiples razones para la decisión de construir una nueva capital en Kalimantan Oriental. Uno de los principales problemas es el déficit ambiental y de infraestructura de Yakarta, que no puede ser corregido en un futuro próximo. El hundimiento debido a la excesiva extracción de agua subterránea ha posibilitado que haya inundaciones masivas de forma regular. Los embotellamientos por el exceso de autos y las 1.000 motocicletas nuevas al día que hay en las calles se han abordado con la mejora del servicio ferroviario y un sistema de metro ligero, pero la zona metropolitana se sigue congestionando mucho. Además, está la falta de agua limpia y las fallas en la gestión de residuos. Todo esto hizo que la idea de un nueva capital fuera atractiva", dijo a Infobae Christopher Silver, profesor del Departamento de Planificación Urbana y Regional de la Universidad de Florida.
El cambio climático es uno de los factores que explican lo que le está pasando a Yakarta, por el aumento sostenido en el nivel del mar. Sin embargo, no es el único, ya que se está hundiendo mucho más rápido que otras ciudades.
El principal problema es que fue construida sobre una enorme ciénaga, cerca de la confluencia de 13 ríos. La fragilidad del suelo, el aumento descontrolado de la población y la falta de planificación urbana crearon un cóctel explosivo.
El norte de la ciudad, que es la zona más cercana a la costa, se hundió cuatro metros entre 1925 y 2015, y ya hay muchas barrios que se volvieron prácticamente inhabitables por los permanentes anegamientos. Lo que más aceleró el proceso fue la construcción caótica de rascacielos y el agotamiento de las reservas subterráneas de agua, que causaron la compresión del sustrato sobre el que se asienta la metrópolis.
Como la red pública de cañerías apenas satisface la demanda del 40% de la población, la mayoría de las personas obtiene agua bombeando la que hay bajo tierra. Al mismo tiempo, el exceso de cemento y la escasez de espacios verdes impide que el agua de lluvia sea absorbida por el suelo, lo que al menos serviría para compensar una parte de lo que se extrae.
"Los motivos del presidente incluyen la necesidad de resolver los problemas de superpoblación, de congestión, de los altos precios de la tierra y la degradación ambiental, incluyendo el hundimiento y las inundaciones. También el deseo de aliviar la presión demográfica sobre Java mediante el traslado de los javaneses a otras partes del archipiélago indonesio. Esta trasmigración ha sido una política de gobierno durante más de 50 años. También ha sido una estrategia para la construcción de la nación, para javanizar un país notablemente diverso en términos de idioma, cultura y formas de vida", contó Roman Cybriwsky, profesor emérito de geografía y estudios urbanos de la Universidad Temple, en diálogo con Infobae.
Aunque deje de ser capital, y eso permita cierta distensión, Yakarta seguirá siendo una urbe superpoblada, con los mismos problemas. Por eso, también avanzan otros planes que buscan contener el deterioro. Dos ejemplos son el muro costero de 24 kilómetros de largo y el proyecto de construir islas artificiales en la bahía, para que sirvan de escudo protector ante el mar, que costará 40.000 millones de dólares y recién concluirá en 2025.
"Los holandeses (que colonizaron Indonesia en el siglo XVII) se arrepintieron casi inmediatamente del lugar que eligieron para Yakarta, ya que su ubicación pantanosa dejó a su población expuesta a la malaria. Desde su fundación hace 400 años, ha habido docenas de propuestas para reubicar algunas o todas las funciones del gobierno. Incluso los esfuerzos más serios nunca fueron suficientes para romper la atracción gravitatoria de Yakarta como ejemplo por excelencia de una ciudad primaria, con más población que la segunda, tercera y cuarta ciudades juntas. Pero incluso si se construyera una nueva capital en Borneo o en cualquier otro lugar, ¿se alejaría el locus fundamental del poder de Yakarta?", se preguntó Cowherd.
Es cierto que, probablemente, la nueva capital esté a salvo de muchos de estos inconvenientes y sea mucho más eficiente. Kalimantan es cuatro veces más grande que Java, cuya densidad de población es 38 veces mayor. Pero la iniciativa también genera críticas y preocupación.
"Kalimantan es un objetivo principal de la javanización desde hace décadas —dijo Cybriwsky—. El resultado ha sido la destrucción de los bosques tropicales y sus habitantes, incluyendo a comunidades indígenas. Una nueva capital en Borneo acelerará esta transición. En toda Indonesia las poblaciones locales se han resistido a la javanización y ahora habrá más protestas. Yakarta es un desastre que necesita ser resuelto, pero desafortunadamente en todas las partes del mundo en las que se construyó una nueva capital para arreglar una megaciudad abarrotada y disfuncional, la megaciudad siguió creciendo y sus problemas también".
Borneo tiene algunas de las mayores selvas tropicales del planeta, y los conservacionistas temen que erigir una megalópolis podría causar estragos. Por otro lado, muchos urbanistas creen que la multimillonaria inversión debería estar destinada a mejorar las condiciones de Yakarta. Seguirá siendo hogar de millones de personas y sus desafíos son demasiado urgentes.
"El mayor riesgo es que se desvíen los recursos y la atención de los esfuerzos que se están realizando para mejorar la infraestructura de Yakarta —dijo Silver—. Los argumentos que se dan para justificar el traslado de la capital son los mismos por los que el foco y los recursos deberían estar dirigidos a las necesidades actuales. Hay proyectos muy creíbles para mitigar el hundimiento, mejorar la gestión de las aguas residuales, regular el uso de vehículos privados y ampliar el transporte público, para que Yakarta funcione adecuadamente y proporcione un entorno de calidad a sus ciudadanos. Deberían ser la prioridad".
El viejo anhelo de erigir la capital perfecta
Muchos países decidieron construir ciudades especialmente diseñadas para ser capitales. Los motivos son múltiples: el deseo de plasmar en un lugar físico la fundación de un nuevo estado u orden político, las ambiciones de líderes megalómanos, la intención de descongestionar una urbe sobrecargada y la voluntad de desarrollar económicamente una zona postergada.
Un ejemplo canónico es Washington DC. Se fundó en 1790, tras la guerra de independencia estadounidense. Si bien su nombre oficial es Distrito de Columbia, en honor a Cristóbal Colón, es popularmente conocida como Washington por el padre fundador y primer presidente del país.
Tiene una población de unos 700.000 habitantes y, además de ser sede de los tres poderes del Estado, alberga a algunos de los museos más importantes del país y a oficinas centrales de varios organismos internacionales. Se destaca por tener una infraestructura mucho más moderna y organizada que la de ciudades de la época colonial, como Nueva York o Filadelfia, la capital anterior.
Un caso similar es el de Canberra, que se estableció como capital de Australia en 1913, 12 años después de la independencia. A diferencia de Sídney y de Melbourne, las dos ciudades más importantes del país, fue cuidadosamente planificada. Primero se realizó un concurso internacional para elegir el diseño, del que resultaron ganadores los arquitectos estadounidenses Walter Burley Griffin y Marion Mahony Griffin. El plano se destaca por los círculos, hexágonos y triángulos, entre otras formas geométricas, y los espacios verdes. Actualmente viven allí 395.000 personas.
"Las nuevas capitales a menudo reflejan o son el resultado de reconfiguraciones políticas. Washington DC, por ejemplo, surgió de la independencia de Estados Unidos, y Canberra fue el resultado de la creación de la Commonwealth de Australia. Abandonando las capitales coloniales, la empresa estadounidense de crear Washington pronto llegó a ser vista como un proyecto de construcción de una nación rica en símbolos, algo que anunciaría el arribo del naciente país a la escena mundial. Las circunstancias fueron diferentes en Australia, donde la decisión se tomó por defecto. Fue una solución de compromiso por la rivalidad social, política y económica entre Sídney y Melbourne, porque ninguna de las dos quería que la otra fuera capital", dijo a Infobae Christopher Vernon, profesor de la Escuela de Diseño de la Universidad de Australia Occidental
Ankara fue designada capital de Turquía en 1923, junto con la proclamación de la República, tras el fin de la Guerra de Independencia (1917 — 1923) y la caída del Imperio Otomano, cuya sede era Estambul (entonces llamada Constantinopla). Este caso es distinto de los anteriores, porque aunque no era la ciudad más importante, tiene una larga historia previa. Era el bastión del Movimiento Nacional Turco de Mustafa Kemal Atatürk, padre de la Turquía moderna. Hoy es la segunda urbe del país con 5,4 millones de habitantes.
Calcuta era la capital del Raj Británico, el régimen impuesto por el Imperio Británico en el subcontinente indio entre 1858 y 1947. Ante el avance del movimiento independentista en la ciudad, las autoridades coloniales empezaron a temer por su vida y decidieron mudarse a la Vieja Delhi, que había sido capital antes de la llegada de los ingleses. Allí empezaron a construir Nueva Delhi en 1911, y la inauguraron en 1931. Tras la independencia india siguió siendo el centro político y hoy es, con 16 millones de habitantes, la segunda ciudad más poblada, detrás de Mumbai, con 18 millones.
"A veces hay razones más pragmáticas para cambiar de capital —continuó Vernon—. Algunas de las que crecieron orgánicamente terminaron con las agencias gubernamentales en lugares dispares, dentro de un denso tejido urbano. En consecuencia, estaba el deseo de comenzar con una página en blanco y concentrar las funciones gubernamentales en un mismo distrito. Esta fue, por ejemplo, una de las razones por las que Brasil abandonó Río de Janeiro".
El modelo más claro para Indonesia es Brasil. Río fue la capital hasta 1960, cuando se decidió a mudarla a una nueva ciudad en el centro del país. Brasilia fue diseñada por destacados arquitectos y urbanistas como Lúcio Costa, Oscar Niemeyer y Roberto Burle Marx.
"Soñada durante más de dos siglos, Brasilia sólo se hizo realidad cuando se convirtió en la meta del gobierno del presidente Juscelino Kubitschek (1956 — 1961). Los beneficios anticipados por quienes abogaban por el traslado del país se centraban en los deseos de transformación, seguridad y desarrollo de Brasil. El hecho de que desde el inicio de la colonización portuguesa la población se concentrara principalmente en la franja costera dejó durante siglos una vasta zona hacia el oeste prácticamente despoblada. La cuestión del desarrollo fue la tónica de Kubitschek, quien entendió a Brasilia como el motor necesario para llevar el progreso al centro del país", dijo a Infobae el arquitecto Adalberto Vilela, investigador y doctor en arquitectura por la Escuela Politécnica Federal de Zúrich.
Brasilia fue declarada patrimonio de la Unesco en 1987 por su estilo modernista. Con 2,4 millones de habitantes, es la tercera ciudad más poblada del país, después de San Pablo y Río. Si bien cumplió muchos de los objetivos que se había propuesto, y hoy es una referencia mundial, también tuvo fallas de planeamiento que genen problemas en la actualidad.
"Es incuestionable que Brasilia ha traído muchos resultados positivos para Brasil en su conjunto. Sin ella, probablemente no habríamos visto una mayor ocupación e integración del territorio nacional. Con la creación masiva de carreteras que la conectan con todas las regiones del país, creció el intercambio de personas, bienes y servicios. Esto fue fundamental para que la nueva capital se consolidara como un importante eje de crecimiento económico y social en la región del Medio Oeste de Brasil. Mi crítica es el excesivo apego a las autopistas y a la segregación social y espacial de la población. El automóvil era el símbolo del desarrollo en la era de Kubitschek. La opción inequívoca del gobierno por la construcción de carreteras en detrimento del desarrollo de los ferrocarriles cobra hoy un alto precio al país", concluyó Vilela.
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