La decisión de Boris Johnson de pedir la suspensión del Parlamento británico para reducir las posibilidades de que la oposición evite un Brexit sin acuerdo fue recibida con perplejidad y enojo por los rivales del primer ministro e incluso por propios miembros del Partido Conservador.
El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, comentó tras conocer el anuncio: "Es obvio que el propósito de esta suspensión ahora sería impedir que el Parlamento debata sobre el Brexit y cumpla con su deber de definir el rumbo del país". Pese a ser parte del partido oficialista, condenó el hecho como un "ultraje constitucional".
La líder del centrista Partido Liberaldemócrata, Jo Swinson, reaccionó con indignación: "Cerrar el Parlamento sería un acto de cobardía por parte de Boris Johnson. Sabe que el pueblo no elegiría un Brexit sin acuerdo y que sus representantes electos no lo permitirían. Está tratando de sofocar sus voces". Tom Brake, de la misma formación, tuiteó: "La madre de todos los parlamentos no le permitirá marginar a la asamblea de la mayor decisión que enfrenta nuestro país. Su declaración de guerra será recibida con un puño de hierro".
En la víspera, el líder laborista Jeremy Corby había propuesto presentar una moción de censura contra Johnson. Este miércoles, lamentó: "Es un escándalo y una amenaza para nuestra democracia".
El Parlamento de Westminster suspende su sesión habitualmente durante varias semanas en septiembre con motivo de las conferencias anuales de los partidos políticos, pero este año el paro será bastante más largo. La intención es dejar muy poco tiempo a los diputados, que regresan de sus vacaciones estivales el 3 de septiembre, para intentar evitar un Brexit sin acuerdo el 31 de octubre, fecha límite fijada en las negociaciones entre Londres y Bruselas.
En poco más de una hora, una petición online superó las 100 mil firmas de ciudadanos que piden a Johnson que abandone sus planes.
El legislador conservador Dominic Grieve, favorable a la UE, dijo que es "un intento por gobernar sin Parlamento", sin precedentes, por lo que cree que "el premier llegará a arrepentirse". Además, dijo a la BBC que este hecho aumenta las posibilidades de un voto de censura, que contaría con su apoyo.
"Creo que la gente debería estar en las calles. Es un escándalo constitucional", declaró jonathan Bartley, colíder del Partido Verde.
La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, advirtió en Twitter: "A menos que los parlamentarios se unan para frenarlo la próxima semana, hoy pasará a la historia como uno de los días más oscuros de la democracia británica".
A su vez, Ian Blackford, líder en Westminster del Partido Nacionalista Escocés (SNP), dijo que Johnson ha llevado a cabo un "golpe de Estado" y se ha comportado como un "dictador", con una iniciativa "profundamente antidemocrática".
En tanto, la Comisión Europea (CE) rechazó especular sobre las consecuencias que producirá la suspensión del Parlamento e insistió en que esperan soluciones factibles para la frontera en la isla de Irlanda, "cuanto antes mejor".
"No comentamos sobre procedimientos políticos internos de nuestros Estados miembros. Tampoco vamos a especular sobre lo que esto significa para los próximos pasos en los procedimientos parlamentarios británicos. Sobre esto debe responder el Reino Unido", dijo la portavoz comunitaria Mina Andreeva durante la rueda de prensa diaria de la institución.
(Con información de EFE y AFP)