La reciente disputa diplomática surgida entre Estados Unidos y Dinamarca a propósito de Groenlandia es solo un aspecto de una batalla estratégica más amplia sobre el control del Ártico, de acuerdo con un experto.
El presidente estadounidense, Donald Trump, canceló un viaje a Dinamarca e inició un cruce de declaraciones con la primera ministra del país europeo, Mette Frederiksen, después de que esta tachara de "absurda" la idea de vender Groenlandia a Estados Unidos.
Según Mikaa Mered, profesor de geopolítica especializado en los polos del instituto de relaciones internacionales ILERI de París, los avances no solicitados de Trump en el territorio autónomo son una forma de mostrar el interés de Estados Unidos en el Ártico, una región rica en recursos, y de desviar la atención de las cuestiones internas.
¿Está Estados Unidos enviando un mensaje?
Mered considera que la oferta de Trump de comprar Groenlandia es una señal para las naciones del Ártico y para China, que ya mostró interés en la región, crucial para el control de las nuevas rutas navales que se abren con el deshielo, como consecuencia del cambio climático.
"En lo que se refiere a los rusos, la lógica [de Trump] es: 'Ustedes no siempre serán la principal potencia en el Ártico, incluso aunque presidan el Consejo Ártico en 2021'".
"Y en lo que se refiere a los chinos, la idea es: 'No les dejaremos poner un pie en Groenlandia'", señala Mered.
El académico apunta que Estados Unidos ya aumentó su presencia en el territorio autónomo danés, al reestablecer un consulado en la capital de Groenlandia, Nuuk, y ayudar a financiar nuevos aeropuertos, programas sociales y educativos.
"El objetivo final no es adquirir Groenlandia, sino al menos algún territorio nuevo, nuevos pedazos de terreno", subraya.
Washington podría estar planteándose comprar la base naval de Grønnedal, en el sur de Groenlandia, "que los daneses decidieron no vender a finales de 2017 porque los únicos compradores interesados eran chinos", añade el experto.
¿Qué papel desempeña Europa?
"Es posible que todo este escándalo sea un globo sonda político, mediático y económico para ver hasta qué punto tienen apego por Groenlandia los europeos", señala Mered, quien predice que la disputa podría prolongarse.
"Trump seguirá utilizando el caso de Groenlandia, sobre todo porque Dinamarca es un aliado bastante servil que tampoco va a darle la espalda a Estados Unidos por esto", añade.
¿Qué puede ganar Trump?
Mered considera que el caso de Groenlandia "permite a Trump ganar puntos tanto en el Ártico como a nivel nacional".
"En el marco de la [elección] presidencial, le interesa totalmente continuar: así saca a los demócratas de la actualidad en un momento crítico porque es el inicio de la campaña por las primarias y él mismo está por celebrar varios mítines".
En Estados Unidos "nadie sabe dónde está Groenlandia ni como está gobernado […] Hay tantas cuestiones que puede seguir explotando la cuestión varias semanas".
Con información de AFP
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