A menos de 24 horas de la dramática renuncia del primer ministro Giuseppe Conte, la clase política italiana está en ebullición, elucubrando, discutiendo y negociando cómo se va a resolver esta nueva crisis en la que se sumerge el país. El gran protagonista de estos días es el presidente Sergio Mattarella, que tiene la difícil misión de encauzar las conversaciones para llegar a una resolución lo antes posible.
Como el Parlamento en funciones se formó tras las elecciones del 4 de marzo de 2018, los diputados y senadores tienen mandato por otros tres años y medio. Por eso, lo primero que intentará Mattarella es encontrar una nueva coalición de gobierno que sea capaz de alcanzar mayoría en la cámara baja, tras la ruptura de la que había surgido el año pasado, entre el Movimiento 5 Estrellas (M5S), de Luigi di Maio —primera fuerza en cantidad de bancas—, y la Liga, de Matteo Salvini.
Si esa opción fracasa, la siguiente alternativa podría ser que los distintos partidos acuerden un gobierno tecnocrático y apartidario, como fue el de Mario Monti entre 2011 y 2013. Y la tercera opción, si las anteriores fracasan, es convocar a elecciones con la expectativa de que una nueva composición parlamentaria permita hallar una mayoría para gobernar.
La última es la apuesta de Salvini, viceprimer ministro y ministro del Interior, que propició la caída del gobierno dos semanas atrás al solicitar una moción de censura contra Conte. La jugada era largamente esperada: la Liga fue la gran ganadora de los comicios legislativos europeos de mayo, en los que obtuvo el 34% de los votos, el doble que el M5S. Ante el cambio en la relación de fuerzas —el M5S había sido el partido más votado en 2018 con 32%—, era obvio que Salvini iba a romper la alianza para ir a las urnas en busca del apoyo necesario para ser primer ministro.
"Es irresponsable iniciar una crisis gubernamental. Muestra intereses personales y partidarios", dijo Conte el martes en su mordaz ataque a Salvini en el Senado, al anunciar su renuncia.
La medida dejó a la tercera economía más grande de la zona euro en un vacío político tras un año de gobierno nacionalista y populista que enfureció a muchos otros líderes europeos con su demonización de los inmigrantes y sus intentos de burlar las normas presupuestarias de la UE. Italia necesita aprobar un presupuesto en los próximos meses o podría enfrentarse a un aumento automático del impuesto sobre el valor añadido que afectaría a las familias italianas menos favorecidas y que probablemente sumiría al país en una recesión.
Mattarella inicia este miércoles a la tarde las rondas de consulta para ver si se puede formar una nueva coalición. La Constitución de Italia dice que debe consultar primero a los ex presidentes, es decir, al senador Giorgio Napolitano, de 94 años, que estuvo en el cargo entre 2006 y 2015. Estas conversaciones se realizarán por teléfono, ya que Napolitano no está en Roma, y serán seguidas por diálogos presenciales con los presidentes de ambas cámaras del Parlamento y con los líderes de los grupos políticos.
Las reuniones más importantes se producirán el jueves. A las 10.00 am hora local Mattarella recibirá a los líderes de Hermanos de Italia, un pequeño partido de derecha que podría ser socio de Salvini en un eventual gobierno si hay elecciones. A las 11.00 se reunirá con los referentes de la principal fuerza de oposición, el Partido Democrático (PD), de centro izquierda.
A las 12.00 horas la cita será con Forza Italia, del ex premier Silvio Berlusconi, otro posible aliado de Salvini. El plato fuerte será a la tarde. A las 16.00 se reunirá con los representantes de la Liga y a las 17.00 con los del M5S.
En cuanto a la posibilidad de que se forme una nueva coalición, la opción que está ganando fuerza es la propuesta de alianza entre el populista M5S y el PD. A pesar de las profundas diferencias entre ambos, los dos quieren evitar que Salvini sea primer ministro, y saben que si hay elecciones ese sería el resultado más probable.
Mattarella dará al PD y al M5S hasta principios de la próxima semana, a más tardar, para negociar un acuerdo de gobierno. El que se opone a esa alternativa es el ex primer ministro Matteo Renzi (2014 — 2016), uno de los máximos referentes del PD.
"Los populistas son eficaces en las campañas electorales, ¡pero una vez en el gobierno, una catástrofe! Debemos llevar a Italia de vuelta a Europa con Francia y Alemania", declaró Renzi el miércoles en Twitter, pidiendo una coalición pro-europea.
Los tres escenarios están abiertos a esta altura, aunque el menos probable parece ser un gobierno tecnocrático. De cómo se desarrollen las negociaciones en las próximas horas dependerá si se impone un impensado gobierno entre el PD y el M5S o un nuevo llamado a las urnas.
Con información de AFP
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