El buque petrolero iraní que zarpó el domingo desde Gibraltar tras más de un mes de permanecer incautado por las autoridades británicas se encontraba este lunes navegando en el Mar Mediterráneo con destino a Grecia, según indicaron distintos sitio de monitoreo de tráfico marítimo.
El "Grace 1" había sido apresado por la infantería de marina británica el 4 de julio luego de cruzar el Estrecho de Gibraltar, acusado de estar transportando petróleo a Siria, una operación prohibida por la Unión Europea (UE) en el marco de sus sanciones al régimen de Bashar al Assad.
Como condición para su liberación, Irán debió comprometerse a no descargar el petróleo en ese país. Por esta razón el "Grace 1", rebautizado "Adrian Darya 1", se dirigía al puerto de Kalamata en Grecia, de acuerdo al sitio especializo Refinitiv, citado por Reuters, y MarineTraffic, consultado por Infobae.
Grecia aún no ha confirmado ni negado que Kalamata sea el nuevo destino final del buque iraní. Tampoco los persas quisieron confirmar dónde se descargará el crudo, alegando que la amenaza latente de las sanciones estadounidenses "no les permite ser más transparentes".
Las fuentes indican que el petrolero se encontraba este lunes navegando en aguas internacionales en el Mar de Alborán a una velocidad de 7,9 nudos (unos 14,6 kilómetros por hora) en dirección este.
La agencia Reuters indicó que está previsto que el "Adrian Darya 1" arribe a Kalamata con su carga de dos millones de barriles de petróleo (con un valor de unos 120 millones dólares al precio actual de 59,45 USD el barril Brent) el domingo a las 00:00 GMT.
El viernes, un día después de que Gibraltar liberara al buque, Estados Unidos intentó evitar que el "Grace 1/Adrian Darya 1" zarpara y una corte federal de ese país presentó un pedido de incautar el buque y su carga ante la justicia del enclave británico.
La justificación de Washington era que el petrolero estaba vinculado al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, organización a la que recientemente ha designado como terrorista y que somete a sanciones económicas.
Pero la justicia de Gibraltar rechazó el pedido alegando que estaba atada por la legislación de la Unión Europea.
Esto, sin embargo, no ha puesto punto final a la cuestión, ya que Estados Unidos podría volver a pedir la incautación del buque en otra jurisdicción, por ejemplo en Grecia si es que el buque finalmente atraca en Kalamata.
Además, las severas sanciones económicas que Washington ha impuesto sobre Irán apuntan a evitar que el país persa pueda vender su petróleo y afectan a cualquier entidad, empresa o individuo de cualquier nacionalidad que mantenga relaciones comerciales con Teherán, lo cual ha reducido enormemente sus mercados disponibles.
Por estas razones, cualquier país que acepte descargar el crudo iraní se enfrenta a una potencial crisis diplomática con Estados Unidos y a ser objeto de sanciones.
La incautación del "Grace 1/Adrian Darya 1" elevó además las tensiones entre el régimen de Irán y la comunidad internacional, ya exacerbadas por los choques entre Teherán y Washington por el futuro del acuerdo nuclear del cual el presidente Donald Trump se retiró en 2018.
Casi inmediatamente después del hecho en Gibraltar, Irán incautó al petrólero británico "Stena Impero" en el Estrecho de Ormuz, en el Golfo Pérsico. Aunque Teherán acusó al buque de "contrabando", su captura fue vista como una represalia por lo ocurrido en el Mar Mediterráneo, y desde entonces tanto el Reino Unido como Estados Unidos han aumentado su presencia naval en Medio Oriente.
Se esperaba, de esta manera, alguna señal de Irán con respecto a la posible liberación del "Stena Impero" tras la salida del "Grace 1/Adrian Darya 1" de Gibraltar. Aunque Teherán ha indicado que el periplo de su petrolero aún no termina, y que futuras negociaciones dependerán de que pueda finalmente descargar el petróleo en algún puerto.
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